EL AGUA DE ARBOLETES, UN HOMENAJE A DIANA GARRIDO

Por: Balmore González Mira

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Sin lugar a dudas, el acueducto de Arboletes debería llamarse “Diana Garrido”.

El 3 de enero de 2020 llegué a Arboletes de vacaciones, a descansar y a disfrutar de esta bella población; pasé a la alcaldía a saludar a la recién posesionada alcaldesa Diana Stella Garrido Henao. Por segunda vez había sido elegida como la mandataria de su amado pueblo.

Entré al despacho y con su brillante sonrisa me saludó con tono preocupante porque su municipio estaba sin agua, me pidió acompañarla en la mesa de reuniones que había enfrente de su escritorio en su oficina, sin dilación alguna reunió a varios funcionarios que tenían que ver con el tema y me halagó pidiendo mis sugerencias para menguar la crisis. En los hoteles nos estábamos bañando literalmente con agua de bolsas. Ese día supe que su gran preocupación y propósito fundamental era el agua para su pueblo.

Diana me permitió su amistad desde enero de 2012 hasta el último día de su existencia terrenal, pocas dirigentes con su energía, dinamismo, visión y capacidad de trabajo. Su primer mandato de 2012 a 2015 estuvo marcado por la transformación de su municipio, Arboletes se convirtió entonces en la población del Urabá que todos empezamos a mirar como la Gran Meca del turismo de nuestro mar. Diana lo supo y así lo proyectó. Arboletes en ese cuatrenio realmente cambió.

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Su gobierno de 2020 al 2023 fue otro periodo lleno de ejecutorias, como un rayo de luz para sus habitantes. Diana tocó todas las puertas posibles para hacer de su amado municipio el orgullo de todos; obras físicas de infraestructura, turismo, salud, educación, deportes, cultura, etc., quedaron en un legado inmenso e innumerable en este corto escrito. Arboletes seguía cambiando con el sello de Diana Garrido, y el acueducto para su pueblo era su desvelo. Todas las puertas se abrían para cumplir el sueño; contaba con alegría cada que daba un paso más en esa dirección y cada que podía subir un escalón en ese propósito.

En septiembre de 2023, cuando pude compartir con ella un pequeño ponqué de cumpleaños, me manifestó que su felicidad era poder dejar agua, un acueducto a sus gentes, “esa es mi mayor alegría como alcaldesa de mi pueblo”, me expresó.

Su entrega, amor y sacrificio, y por primera vez hablo de esto, la llevaron a aplazar sus tratamientos de salud y, así como entregó su vida de servicio a Arboletes, también la ofrendó por su gente en el municipio de sus amores. Arboletes lo era todo para ella.

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En enero de este año nos reunimos para conversar de diversos temas con amigos, en compañía de Carlos, su esposo. Habló de dedicarse a su familia y a sus hijos, que era el momento de hacer una pausa en lo público. Lo que Diana nunca pensó era que Dios la necesitaba en el seno de su paraíso y se la llevó, muy seguramente con una tarea especial al cielo, desde el 5 de abril de este año. Arboletes se sintió y aún se siente huérfana.

Pero su legado quedará por siempre en la “Fundación Diana Garrido” que sus amigos y seguidores han construido para inmortalizar a quien siempre permanecerá en la historia de Urabá, Antioquia y Colombia, como la eterna alcaldesa de Arboletes.

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