A MENOS DE UN AÑO PARA SALVAR A COLOMBIA

Editorial El Occidental

El país definitivamente no requiere de más diagnósticos ni análisis para saber que está en su peor momento histórico en materia de seguridad, corrupción, salud, educación, economía, democracia, administración, política, temas sociales, y mal manejo de sus finanzas y relaciones internacionales, etc, etc, etc

Colombia empieza a prepararse para las elecciones del 2026 y así como nos advirtieron a tiempo “ojo con el 2022”, debemos hoy reafirmar esa sentencia reflexiva de “ojo con el 2026”. No podemos repetir la catastrófica elección de aquel momento, la que nos ha llevado a la destrucción del país en todos los sectores.

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Ya van más de 30 precandidatos inscritos para recoger firmas y faltan por los menos 30 más en el ajedrez político de Colombia que empieza a moverse demasiado rápido para elegir presidente de la República. Un ajedrez que definitivamente nos muestra un tablero en blanco y negro absolutamente oscuro si solo analizamos que en la polarización habrá en el partidor al menos 60 aspirantes, de los cuales habrá que depurar por lo menos el 90% para la primera vuelta y que el tarjetón electoral no se convierta en un cartel de opciones de circo solo para que quede en la historia que uno de esos participantes apareció con su foto y le quede el título de excandidato presidencial. 

Colombia merece hoy más que nunca seriedad y sensatez, en el momento histórico más difícil de su democracia, cuando está en juego volver a los principios de respeto de la Constitución o continuar por la senda de las dictaduras que han recorrido con estrenduoso fracaso los países que abrazan las tesis del Castrochavismo.

No olvidemos que hay elecciones en marzo para el congreso de la República donde se medirán las primeras fuerzas en una especie de primarias que darán la posible lectura de lo que será la elección en primera vuelta el último domingo de mayo, de quién gobernará a Colombia hasta el 2030. Queda claro que el variopinto escenario de muchos candidatos de Centro y centro derecha favorecen la aspiración de los pocos que aparezcan de izquierda; cada voto que vaya a quienes ahora están enarbolando las banderas de la seguridad y del restablecimiento, pero que apoyaron al actual presidente, enmascarados en una supuesta postura de Centro, será un voto que reste a quien de verdad vaya en la dirección de recuperar a Colombia del riesgo en que hoy lo conducen. Y peor aún, con el atentado a Miguel Uribe, que hoy lo pone en difícil situación y que había salido a jugar con su slogan “Vuelve la seguridad” que muchos interpretan como la razón para sacarlo del juego, por ser una verdadera y real opción de poder para Colombia. En la seguridad que si Dios le permite regresar al escenario político, será el próximo Presidente del país.

Ojo que Colombia no resiste otros cuatro años más de este cambio que nos prometieron y que en efecto nos han cumplido, un cambio de la estabilidad demócratica a la catástrofe institucional, donde ha sido tan desastroso  el desempeño que el presidente de la República organiza marchas y paros contra el mismo gobierno que dirige, dónde los escándalos de corrupción son diarios y dónde la seguridad importa un comino. Ese ha sido el panorama permanente de un gobierno que ha defraudado a millones de colombianos que ahora están pensando en como corregir el error histórico cometido por haber elegido al peor y más corrupto gobierno que recordemos.

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