CREO EN LA INOCENCIA DE CÉSAR PÉREZ GARCÍA 

Por: Balmore González Mira 

Conocí a César Pérez García hace 4 décadas, cuando apenas yo comenzaba en el tortuoso camino de la vida pública y política como militantes del partido Liberal, dónde la persecución de los mismos copartidarios siempre fue feroz y César Pérez sí que la padeció. 

Admirado por muchos y criticado por otros,  Pérez García fue un permanente defensor y agitador de la ideas de su partido, en el que militó y siempre hizo parte de él. A otras instancias no partidistas llevó inclusive el pensamiento de Rafel Uribe Uribe  y se identificaba plenamente con la ideología gaitanista, aquella que aplicó ordenadamente en la Universidad que exitosamente dirigió. 

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Lo recuerdo participando de todas las actividades del partido, desde convenciones departamentales y nacionales, hasta elecciones, en muchas de las cuales salió airoso y triunfador. Los candidatos a gobernación siempre buscaron su apoyo político y económico, directamente o por interpuestas personas; hombre de una sola palabra, dónde se matriculaba, en esa causa se hacía moler. Ese apoyo representó el triunfo para varios de ellos y recuerdo como los análisis políticos decían que  había logrado que un gobernador ganara por estrecho margen a su contendor por los votos que César Pérez García le había puesto en el Bajo Cauca y luego fue ignorando por parte de este gobernante que obtuvo ese favor determinante para su triunfo. Esto lo hablé varias veces y personalmente con él y se reía de la ingratitud de algunos y de la deslealtad de otros, me contó que hasta le prohibieron subir al piso 12.

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El Comandante César, cómo cariñosamente se le conoce, apostaba sin hacer alarde a las candidaturas en los municipios y se la jugaba por sus candidatos sin intereses distintos a hacer parte de esos triunfos; un día me llamó a mi celular y me dijo que me quería apoyar en mi aspiración a la Alcaldía de mi municipio, la cual era bajo los ideales uribistas, eso no le importó porque era un verdadero demócrata, acudí a su oficina y ordenó que me hicieran la publicidad que necesitara; “Teoría del Color” la conocida tipografía fue la encargada de suplir mis necesidades en esa materia y con suficiencia me abasteció sin ninguna limitante, recuerdo sus palabras, “Balmore, Lo único que te pediré a cambio es que ganes, será mi única contraprestación”. Así fue, jamás pidió nada a cambio. Jamás  una palabra mal expresada contra los oponentes, nunca atacaba a sus adversarios, pero sí hacía discursos joviales y directos, dónde le cantaba la tabla y decía verdades que a muchos podían molestar. Vivía plenamente la lucha partidista desde las tarimas y desde los escenarios políticos donde fue elegido. Recuerdo cuando nos encontramos en Bogotá hace 25 años, luchando por la asociación de diputados de Colombia, de la cual fue presidente. Eso lo vivía con ardentía y lo disfrutaba plenamente. 

Hablo en pasado del gran líder porque a sus cercanos 90 años de vida se revive la infamia mas grande sobre su vida, la  de su condena producto de la declaración de un criminal, que como se nos está volviendo costumbre tienen más credibilidad en los tribunales y procesos que sus injustamente acusados, no sabemos si para mostrar resultados a través de injusticias o solo para que cada día creamos menos en nuestra justicia. ¡Yo creo en la inocencia de César Pérez García!

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