EL CACIQUE CANDELA, AVE ENDÉMICA DE COLOMBIA

Las aves endémicas de Colombia muestran una gama diversa de colores, tamaños y comportamientos, lo que hace que la observación de aves en el país sea una experiencia verdadera única y gratificante.

Por: Sergio A. Restrepo Alzate

Una nueva publicación sobre la riqueza biológica de Colombia se suma a la amplia colección bibliográfica del Instituto Humboldt. Se trata del Atlas de las aves endémicas de Colombia, resultado de un trabajo de investigación que inició en 2020 y que hoy ve la luz, gracias a la participación de 48 autores, todos colombianos y expertos en aves de todas las regiones del país. 

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Colombia es considerado uno de los pocos países mega-diversos del planeta -apenas 17 integran este grupo y en el ranking mundial ocupa el tercer puesto, detrás de Brasil e Indonesia, y se estima que ocupa el primer lugar en diversidad de aves, orquídeas y mariposas; lo que quiere decir que en el territorio nacional puede observarse mayor variedad de especies de aves que en cualquier otra latitud. 

Actualmente, Colombia presenta 84 especies de aves endémicas, de estas 1 se considera extinta. Hasta el año 2013 se consideraban 193 especies casi endémicas. Es decir, especies que tienen la mitad o más de su distribución en Colombia así se extienda en uno o más países vecinos.

Una especie endémica que podemos tener el privilegio de verla en el Occidente de Antioquia, es el Cacique Candela (Hypopyrrhus pyrohypogaster), es un ave grande, de cola larga y completamente negro, con el vientre rojo brillante y penetrantes ojos amarillos. Sexos similares. Se encuentran en pequeñas bandadas en el dosel del bosque nuboso desde aproximadamente 1000–2400 msnm, a veces en bandadas mixtas con charas o caciques. Escucha por fuertes gritos y gorgoteos (eBirds).

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Cacique Candela (Hypopyrrhus pyrohypogaster)
Foto: Juan Esteban Muñoz

El Cacique Candela se suma a las nuevas especies de aves recién descubiertas en Colombia durante el año 2017, se trata de las denominadas “Muisca” (Grallaria rufula) porque su área de distribución está restringida a la Cordillera Oriental, en gran parte del territorio habitado por el pueblo indígena muisca; la otra recién descubierta es la “Chamí” (Grallaria alvarezi), como un homenaje a la comunidad indígena embera-chamí, que ocupa diferentes rincones de la cordillera occidental, entre Cauca y Antioquia, para un total de seis en los últimos cinco años, son las cifras que exaltan la biodiversidad de Colombia y que confirman el potencial del país como destino internacional para el avistamiento de aves.

La protección de los hábitats de las aves endémicas es crucial para la supervivencia y contribuye a los esfuerzos generales de conservación en Colombia, un país con gran diversidad pero también enfrenta desafíos ambientales.

Tras la fortuna de contar con el Cacique Candela en nuestra región, el llamado es a protegerlo, a estar vigilantes para que ésta y otras especies similares no entren en esa carrera sin retorno que los lleva a su extinción. El mayor peligro para estas aves es que su hábitat, los bosques tropicales, están cada vez más amenazados por la mano del hombre que los está modificando y además del desarrollo urbano que avanza en la región.

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