Editorial El Occidental
Preocupan las voces que vienen alzando los diferentes actores del país por el mal manejo que se está dando a la política exterior durante el actual gobierno nacional. Toda una tragedia.
Debemos empezar por decir que no se ha respetado en lo más mínimo la carrera diplomática y que ha sido hasta penoso el nombramiento de ciertos personajes en algunos países clave para el tema de las relaciones diplomáticas y económicas. No ha habido una selección objetiva o, por lo menos, sensata en estas designaciones que puedan ayudar a que los connacionales en esos países se sientan representados o, al menos, respaldados.
Es tan triste el panorama con estos militantes designados que el embajador de Colombia en Venezuela manifestó no saber que el dictador que se robó las elecciones se iba a posesionar “ilegalmente” el pasado 10 de enero.

Lea también: DE PASEO POR ANTIOQUIA: VAMOS P’AL OCCIDENTE, ¡HISTORIA, ORO, TURISMO Y GENTE MARAVILLOSA!
Está bien y está claro que el gobernante nombra a quienes desee y a quienes lo acompañaron, pero no puede estar nombrando ni a ineptos ni a aspirantes a delincuentes.
Todo este recuento para ajustar con el acto más burdo en materia de relaciones exteriores: la pataleta de niño grosero con que el presidente Petro empezó a manejar las relaciones de Colombia con la presidencia de Trump. Los trinos de Petro son destrozos en su inmensa mayoría, pero los escritos en la “pelea” con el recién posesionado Trump no tienen, no soportan análisis ni explicación. Al mejor estilo de Nicolás Maduro, salió Petro a decir estupideces, las mismas que ha tenido que empezar a recoger.
Puede que le pasemos las vergonzantes expresiones de sus áulicos Pizarros y Cepedas que se creen analistas y politólogos, dando justificación y explicación a lo injustificable e inexplicable, pero el presidente de la República no puede estar en estas. Con sus trinos no puede perjudicar a 50 millones de colombianos; suspensión de citas a visas, sanciones en aranceles, flores, café, oro, banano y todo lo que se produzca en Colombia y que va a los Estados Unidos con gravámenes del 25 al 50 %. Esto produjo la crisis por las amenazas inútiles de un Petro poco serio.
No es Biden ni Obama quien está gobernando la potencia del mundo. Le recordamos a Petro y a sus funcionarios que desde el 20 de enero se llama Donald Trump, por si no se habían enterado.
Catatumbo es otra de las muestras de nuestra “venezuelanización”. El ataque a los gobernadores y alcaldes que no piensen como Petro también hace parte de este proceso de la “venezuelanización” gradual a la que nos están conduciendo.
Colombia tiene que despertar, y Petro y sus funcionarios están a tiempo de empezar a gobernar. Les quedan 18 meses para hacerlo.
Lea además: Las 10 horas que llevaron a la peor crisis de la relación entre Colombia y Estados Unidos
