Por: Balmore González Mira
Dicen los adagios populares que no es lo mismo ir de paseo a México que a Ebéjico; en esa similitud no va lo mismo de Salvador a Colombia, pero aquí vamos con un corto análisis comparativo entre estos dos gobiernos que amenazan con convertirse en dictaduras, las cuales de principio a fin y por convicción ideológica de demócratas, rechazamos de plano. La democracia tiene que imponerse en cualquier latitud de la tierra.
Comencemos, Bukele recibe un país en condiciones deplorables de violencia, extorsión, secuestros y asesinatos, con una economía destrozada y sin inversión extranjera, dónde los criminales “Maras” gobernaban a su antojo el pequeño territorio de toda la República y mantenían doblegada a la población. Petro recibe una buena herencia construida por el mandato demócratico (2002-2010) de Álvaro Uribe Vélez que logró rescatar a Colombia de una opresión guerrillera terrorista que lo tenía sumido en la lista paria de países inviables. La traición a los colombianos por parte de Juan Manuel Santos (2010-2018) comenzó a destruir ese legado, entregando el país en el 2016 a los casi derrotados farc, que tuvieron la oportunidad de oro, perdón e impunidad de sus atroces crimines, curules en el congreso y unas “disidencias” que siguen delinquiendo por todo el territorio nacional. Iván Duque (2018-2022) incapaz de mantener el legado de la seguridad demócratica y tras la avalancha violenta disfrazada de “Estallido social” entrega el país al mandato del cambio, unos actos violentos promovidos por el actual gobernante como plataforma de su método de conquista del poder donde la primera linea fue fundamental para sus propósitos.
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Petro viene sembrando el camino dictatorial de izquierda con beneficios para los terroristas y criminales, dejando a Colombia en el peor momento del orden público de los últimos 25 años; Bukele lo construye derrotando a los criminales y dando la mayor seguridad de las últimas décadas a su país.
Petro pelea con los empresarios, los ataca con reformas laborales y con la inseguridad jurídica y no genera crecimiento empresarial ni inversión extranjera; Bukele le da seguridad a la inversión extranjera y le permite a los empresarios crecer para generar empleo.
En Colombia durante la presidencia de Petro crecieron todos los grupos criminales; en el Salvador durante la presidencia de Bukele han desaparecido los grupos criminales. Bukele construye el cambio desde la seguridad y de la mano de la fuerza pública; Petro lo construye desde la inseguridad y de la mano de la criminalidad.
Bukele para su reelección presenta el proyecto de ley al Congreso de la República salvadoreña; Petro amenaza con todo tipo de argucias jurídicas, desde una consulta popular, una asamblea nacional constituyente, los decretazos y la deslegitimación del congreso y de los organismos electorales y hasta la amenaza de no hacer elecciones.
En Colombia la favorabilidad del presidente Petro, es decir la aceptación del pueblo, está en un máximo del 35%; en el Salvador esta misma medición para Bukele está siempre por encima del 90%, es decir 9 de cada 10 salvadoreños lo califican positivamente.
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