CON ALVARO URIBE EL DEBIDO PROCESO HA MUERTO, ¡REQUIEM POR LA JUSTICIA EN COLOMBIA!

Editorial El Occidental

El remedo de debido proceso adelantado contra Álvaro Uribe Vélez ha dejado claro que la historia judicial de Colombia se ha partido en dos; queda claro que no solo se condena a los inocentes, sino que se absuelve a los responsables. Queda claro que a partir de ahora el procedimiento penal en el país ha cambiado, la interceptación ilegal es válida,  digamos “legal”, dependiendo de a quien se le aplique. Queda claro que a partir de hoy la justicia es absolutamente selectiva. 

Queda claro que no se puede denunciar a alguien de la izquierda porque solo basta con que se caiga en las fauces de un juzgador de su mismo pensamiento para que el denunciante pase a ser procesado y su presunción de inocencia desaparezca. Hoy es triste ver como quedó claro que el Derecho en Colombia ha perdido su valor, que la doctrina y la academia quedaron apuballadas por la “justicia ideológica”.

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Colombia ha vivido el espectáculo judicial más politizado de la historia, podríamos decir que Álvaro Uribe Vélez ha partido también la historia de la justicia en Colombia en dos, como partió la historia republicana cuando derrotó al terrorismo y a las farc durante el gobierno de la seguridad demócratica, es eso lo que hoy le cobran en los estrados y celebran, gracias a qué Juan Manuel Santos los volvió a fortalecer en sus dos períodos de gobierno y les entregó al país, los hizo congresistas y los blindó con la impunidad.

No vamos a defender a Álvaro Uribe Vélez, él solo es capaz de hacerlo, pues creemos firmemente que es inocente por lo que se le condenó en primera instancia; estamos acá dejando una reflexión vehemente sobre la politización de la justicia, una reflexión sobre el estado de derecho y sobre todo, una preocupación sobre lo que le puede pasar a quien se oponga a los propósitos de la izquierda. 

También dejamos al lado de esta reflexión que es el sentimiento de la mayoría de los colombianos y la preocupación de lo que le puede pasar a quien haga oposición, solo pensamos en Miguel Uribe a quien intentaron sacar del camino con las balas, a Álvaro Uribe a quien intentan sacar por la vía “judicial” y esperemos no empiecen a recorrer los oscuros senderos de Cuba, Venezuela y Nicaragua, de la desaparición y la expulsión y destierro de connacionales, pues es claro que ya van tres millones de colombianos que se han ido del país porque han sentido en peligro su capital, sus empresas, su seguridad y sus libertades por culpa del actual sistema.

Si dejan llegar a las urnas, el 2026 será la oportunidad de acabar esta horrible noche y ojalá exista la valentía de vigilar esas urnas, para que renazca la democracia en Colombia.

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