Por: Balmore González Mira – Abogado especialista en Derecho Minero y Ambiental
Hablar de minería responsable es hablar de riqueza y Sostenibilidad, es hablar de la corresponsabilidad social empresarial y no es exagerado el término de corresponsabilidad, pues como todo en la vida, debe haber derechos y obligaciones y compromisos de ambas partes, es decir, las cosas son en doble sentido, en doble vía, de ida y regreso, para qué todos ganemos. El empresario minero responsable tiene que promover la legalidad, como fundamento de su actividad y su accionar. De ellos hay muchos en Colombia y son lo que deben permanecer en el tiempo.
La minería no debe catalogarse como minería legal y/o minería ilegal; la minería es una sola y es aquella que se ejerce bajo todo los parámetros técnicos, ambientales, sociales y sostenibles, bajo la concesión entregada legal y legítimamente por el estado a una persona natural o jurídica. Lo que se salga de estos parámetros es explotación ilícita de minerales. Por ello no es una utopía pensar que la formalización minera es el camino de la productividad y la sostenibilidad, del crecimiento y la riqueza de los ancestrales y del mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes de los territorios donde se logra llevar a cabo.
Además del fortalecimiento de la tarea social de los titulares mineros a través de la legalidad, los mineros formalizados asumen una corresponsabilidad ambiental, social, tributaria y de construir tejido y tradición de buenas prácticas con toda su descendencia en el camino siempre de la legalidad.
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Han llegado a mis manos las publicaciones de lo que hacen las compañías mineras con el tema de la responsabilidad social empresarial; y quienes defendemos la tarea extractiva responsable, a los empresarios legales y a la minería bien hecha, tenemos que reconocer que este es uno, sino el sector que más aporta a la economía nacional generando bienestar a sus comunidades y a todo el entorno donde impactan con sus proyectos. La minería sostenible es posible.
El número de mineros formalizados en todas las empresas con asiento en el país, con alcance en el territorio y crecimiento económico pueden mostrar fácilmente los beneficios de lo que significa la formalización, por ello decimos con plena certeza y convencimiento, que este es realmente el camino. Los emprendimientos generados por los titulares mineros y que ya hoy están avanzando como empresas sólidas, con la formalización en sus territorios, pueden mostrar sus Emprendimientos de todo tipo: transformación del café, de la madera; implementación de producción de miel de abeja, de peces; apertura de restaurantes, hoteles, lavanderías; establecimiento de cultivos alternativos como cacao, frutales, hortalizas, mercados verdes campesinos etc, que demuestran fácilmente que ser legal sí paga.
Adicionalmente, se observan unas acciones de impacto social muy importantes que vale la pena resaltar y otra proyección de obras y proyectos en las regiones para los próximos meses y años que realizarán las empresas mineras y de las cuales los entes territoriales que hayan respaldado a estos empresarios podría hacer parte y que con ello les contribuye a municipios y departamentos a cumplir sus Planes de Desarrollo, en lo que debe ser la verdadera cooperación y el establecimiento de las Alianzas Público Privadas en nuestro país. ¡La minería bien hecha, si existe!
