Por: Balmore González Mira
Quería hacer dos relatos de aquellas épocas de nuestros pueblos para recordarlos en plena Semana Santa, como una forma de lectura diferente, pero algunos amables lectores me enviaron comentarios que me animaron a escribir uno más y me hicieron recordaciones de lo que fue nuestra infancia y juventud, que nuestros hijos no vivieron, pero que hoy la modernidad los ha llevado a que estas narrativas sean para ellos algo increíble.
Estoy seguro que se quedaron demasiados temas por fuera, como los vehículos de la época, lo que eran recorridos de días enteros que hoy hacemos en dos y tres horas por éstas nuevas vías; los paseos de ollas con envueltos y fiambres, etc. Las modas, peinados, motilados y vestuarios, el terlete y las botas vaqueras. Las costumbres católicas, educativas. Los temas de salud de aquellos tiempos o del otro día como dicen las abuelas; la música y los bailes, las fiestas decembrinas y de los pueblos; en fin, historias que merecerían más espacio y tiempo para ser narradas y contadas, pero con las que escribimos dejamos ya una semilla para ensayos de muchas personas que tienen muchas anécdotas por contar.

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En el tintero se quedan los recuerdos de cuando llegaron las primeras neveras al pueblo, eran a gas. Y disfrutábamos de ir a comer los primeros helados. La llegada de los fogones de luz, de gas y cuando llegó el microondas, la televisión a color y con control remoto. Luego las fotocopias y el fax, los computadores y finalmente el celular y la blackberry y luego el WhatsApp que nos dañó la vida, dirán algunos. Antes almorzábamos hablando y hasta robando la carne del que había al lado, ahora se almuerza pegados del celular. Las visitas en las salas de las casas o de las fincas eran tertulias de historia interminables. Hoy es viendo a todos chatear.
Sin embargo, tomé algunos de esos comentarios a los tres relatos sobre “Recuerdos de nuestros pueblos” y los incorporé a este último escrito, como colofón de nuestras anécdotas y vivencias, que al parecer muchos disfrutaron.
Gracias a estos y tantos otros lectores que hicieron sus comentarios:
“Que lindo este escrito…”
“Cómo me gusta ese artículo gracias por compartir, recrear y devolvernos a nuestros mejores años”.
“Rico revivir nuestra idiosincrasia, nuestro arraigo, nuestras costumbres, nuestra identidad, todo esto que nos hizo ser Antioquia la grande, la del arriero hijueputiador y arrecho pal trabajo pero, noble, leal, respetuoso de las normas y temeroso de Dios. Esto sí que es riqueza patrimonial. De nuevo gracias por despertar nuestro apetito e hilar nuestras costumbres en idioma claro, sencillo y evocador”.
“Espectacular estas historias, entre otras tambien me pusiste a rebobinar el casette y qué tiempos aquellos tan mágicos. Cámaras fotográficas Canon era lo mejor. Eso era un lujo. Y los famosos walkman eran otro lujo, eran de cassette y con audífonos”.
“Recuerdo, también, el famoso poncherazo los domingos. Cuando los campesinos se hacían sacar el “retrato”, montados en un caballito de madera y engalanados con un sombrero mejicano a lo Pedro Infante. El fotógrafo introducido en una manta negra para tomar la foto, al grito de “ojo al pajarito” cuando disparaba el flash. Por lo regular, se ubicaba en la acera enseguida de la Fonda de Toño Barrera en el atrio”.
“Un saludo, una belleza de escrito. Fuimos de otra generación. Las cometas, los trompos, montar caballo a pelo sin que se dieran cuenta los dueños, pegarle al forro así lloviera jajajaja; La semana Santa era un respeto total y nuestros padres prácticamente nos enseñaron esas costumbres. Lo mejor, las voladas a las quebradas, habían demasiadas por todas partes para bañarse, hoy el cemento las está acabando”
“Qué belleza de descripción, me llevó a los primeros capítulos de Cien años de soledad. Totalmente, todo aquel que haga una buena lectura te dirá lo mismo”
“Excelente…no solo se me volvió agua la boca… también me “saborie” y hasta hambre me dió. Tiempos que no volverán”
“Qué tiempos, qué delicia todo eso y ahora con azúcar o endulzante o mejor ninguno de los dos”
“Qué buenas esas historias como se dan para el conocimiento de cómo crecieron nuestros pueblos”
Definitivamente los pueblos y tiempos de los abuelos, siempre serán el mejor recuerdo de nuestra infancia.
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CONVERSATORIO
Viernes 25 de abril
8:30 Aguapanela de bienvenida
9:00 Actos protocolarios
*Bendición de Monseñor
*Saludo de la alcaldesa Municipal
9:30 El Túnel del Toyo a cargo de la secretaría de infraestructura de Antioquia
10:30 Exposición: así avanza Puerto Antioquia
11:30 Conversatorio
1:00 Cierre
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