¡Suroeste Amenazado!

audiencia

Por Héctor Quintero Arredondo

Los recientes anuncios de cierres parciales diarios por diez horas, en la vía concesionada a Pacifico Sur, constituyen una descarga mortal sobre la vida económica del Suroeste de Antioquia.

Si bien, se habla del territorio que nosotros los hijos de la tierra, llamamos “cercano”, su incidencia, afecta también a los municipios del “lejano”, por la sencilla razón de que, para llegar a quienes están allende el Cauca, deben pasar por lo que se ubica aquende al mismo rio.

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Los territorios comarcanos de Amagá, Fredonia, Venecia y sus vecinos, tienen hoy una actividad impresionante. Ya no se sabe si son una proyección vital del Valle del Aburra o la puerta, con Caldas, del gran Suroeste, el que sostuvo al País con el café y la energía carbonífera y hoy produce, además, cítricos, aguacates, carne y leche, a mas de muchos productos de pan coger. De pronto, sin mayores explicaciones, se hizo el apocalíptico anuncio.

Se dice que es necesario para cumplir con una obra importante en el control de los taludes. No sabíamos nada. Ahora resulta que – según parece- obedece a un pacto silencioso, como tantos de los celebrados con las concesiones, para satisfacer un pedido del gobierno Santos.

¿Por qué no se prepararon vías alternas como la de Piedra Verde o se entregó el túnel y su esfera de influencia, que podría ser de gran alivio y que- en opinión de expertos- es obligación del concesionario?

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El misterio, la antidemocrática costumbre de no informar; en cambio – casi como un chiste- se habla de “vías alternas”, para referirse a Minas- Pintada y Santa Fe- Bolombolo. La primera, en vez de poder servir como alterna, dada su congestión, necesita vías alternas, como en la práctica sucede con los vehículos que escogen “Fredonia-Puente Iglesia-Pintada”, y la segunda implica una vuelta por las tierras del Mariscal Robledo, en terrenos que se derrumban con indeseada frecuencia.

Pero, aceptemos la hipótesis de Santa Fe- Bolombolo. Para los que van hacia las faldas de los Farallones del Citará y el Chocó, implica como mínimo, una hora mas de viaje y los que tendrían que devolverse hacia Amagá, el desespero y la indefinición; ese circuito económico estaría a punto de morir.

Cuando se habló de concesiones ( Duran Dusán) y Guillermo Gaviria Correa las puso a funcionar, fui su aliado; escribí entonces para Invias, un artículo titulado” de la mula a las concesiones” y todavía sigo creyendo que es un gran mecanismo, porque volver al Invías o a los caminos vecinales, como a veces insinúa el régimen, es peor e impensable.

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Pero, es necesario mejorar. Primero fueron los peajes altísimos y en veces cobrados en zonas alejadas de los sitos de construcción, amén del descuido en algunos mantenimientos. El sector emblemático, es la vía del norte del Valle de Aburrá que, luego de dos prórrogas clandestinas, vió terminar una de sus casetas incendiada por manos no identificadas y la otra constituida en factor de descontento permanente.

Ahora, las consecuencias de no corregir el manejo en el asunto del Suroeste pueden ser peores. Ojalá, con juicio se busquen mejores

soluciones.

¡Porfa, no maten” las gallinas de los huevos de oro”!

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