Por: Mons. Ignacio Gómez Aristizábal
El sector social campesino y minero es uno de los más deprimidos en Colombia y el Occidente antioqueño no es una excepción. A Dios gracias en las dos últimas décadas, la presencia del Sena, la Universidad de Antioquia, la Corporación tecnológica de Occidente, Tecoc, y Pastoral de la Tierra en Santa Fe de Antioquia, han habilitado laboralmente a un gran número de jóvenes tanto de la población urbana como de la rural. Ahora, ante la ausencia de instrumentos sociales dialogantes y portavoces, que expresen las inquietudes, necesidades y problemas de los asociados agricultores y mineros ante las Institucionalidad Regional, Departamental y Nacional, surge la necesidad de crear estas Asociaciones, hasta dar el paso por el momento, de Federaciones, Municipal, y Regional.
Son numerosas las alusiones que sobre este tema encontramos en la Doctrina Social de la Iglesia, que nos impulsan hacia este trabajo y solamente quiero transcribir algunas del Papa San Juan XXIII, tomadas de las Cartas Encíclicas “Mater et Magistra” y “Pacem in Terris”.
Mater et Magistra N° 45: “Hay que recordar también que en el sector agrícola, como por lo demás en cualquier otro sector productivo, la asociación es actualmente una exigencia vital; y lo es mucho más cuando el sectortiene como base la empresa de dimensiones familiares. Los trabajadores de la tierra deben sentirse solidarios los unos de los otros, y deben colaborar para dar vida a iniciativas cooperativistas y asociaciones profesionales o sindicales, unas y otras necesarias para beneficiarse en la producción de los procesos científicos-técnicos, para contribuir eficazmente a la defensa de los precios de los productos, para ponerse en un plano de igualdad frente a las categorías económico-profesionales de los otros sectores productivos, ordinariamente organizadas, para poder hacer llegar su voz al campo político y a los órganos de la administración pública. Las voces aisladas casi nunca tienen posibilidad de hacerse oír y mucho menos de hacerse escuchar”.
N° 46. “Nos es grato a propósito de esto, expresar nuestra complacencia a aquellos hijos que en diversas partes del mundo se ocupan de las iniciativas cooperativistas, de las asociaciones profesionales y de los movimientos sindicales, para la elevación económico social de todos los que cultivan la tierra”.
Pacem in Terris N° 23. “De la intrínseca sociabilidad de los seres humanos se deriva elderecho de reunión y de asociación, como también el derecho de dar a las asociaciones la estructura que se juzgue conveniente para obtener sus objetivos.
Pacem in Terris N° 24: “Ya en la Encíclica Mater et Magistra insistíamos en la necesidad insustituible de la creación de una rica gama de asociaciones y entidades intermedias para la consecución de objetivos que los particulares por sí solos no pueden alcanzar. Tales entidades y asociaciones deben considerarse como absolutamente necesarias para salvaguardar la dignidad y libertad de la persona humana asegurando así su responsabilidad”.
Respecto al tema de la Asociación en la Pastoral minera son recomendables tres pasos: 1°. Consolidación de los grupos de formalización minera. 2°. Federación de los mismos a nivel Municipal. 3° Federación de los municipales a nivel regional. Siempre en la línea del amor y nunca de la contraposición de los sectores sociales.