DEJÉMOS LO NEGATIVO EN EL 2024

Por: Balmore González Mira

Si los diciembres son de balances, los eneros son de propósitos y promesas; pero lo más importante es que sean de objetivos positivos en procura de mejora constante y permanente.

Dejemos atrás lo negativo del 2024, allí deben quedar sepultados los fracasos, aquellos intentos fallidos y las realizaciones inconclusas.

En el pasado deberán quedar los odios y las envidias. Allá deben colgarse del cuadro del archivo las venganzas y las maldiciones.

En el espejo del olvido dejemos los rencores, los resentimientos y los malos recuerdos.

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En la vieja libreta de apuntes, las hojas donde no haya armonía hay que arrojarlas a un basural.

Es tiempo de dejar en el pasado la falta de concordia y armonía, que se vayan al cesto de la basura y que jamás regresen las angustias.

Las malquerencias con candado en el cuarto de rebujo, con llave doble y bien oscuro, para que jamás vuelvan a ver la luz del día. Que ni en la noche salgan como ánimas en pena a ponerle problema a los problemas.

Dejar en el 2024 las malas energías, las baterías descargadas y los falsos comentarios, las opiniones dañinas y los dardos lanzados con veneno mortal.

Dejemos en 2024 la desesperanza y el pesimismo, pero también las asperezas y rabias sin fundamento.

Dejemos atrás el ser mala leche, mala persona, mal vecino, mal ciudadano. Que se quede en el calendario del año pasado lo de mal novio, mal hijo, mal hermano, mal padre y mal tío.

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Pero hay algo que sí debemos, o mejor, tenemos que dejar en el llavero del año pasado, y es ser mal conductor, mal peatón y hasta mal pasajero. No más pasarnos el semáforo en rojo, exceder los límites de velocidad y conducir después de unas cervecitas.

Atrás quedará en la agenda cerrada el ser mal funcionario, mal empleado, el atender mal a los ciudadanos y también ser mal usuario. Y ojo, dejar de ser mal paciente en materia de salud.

Finalmente, dejémoslo en el cenicero roto: los viejos vicios, el cigarro, la bareta, el guaro y el licor en general. Las maquinitas y la ludopatía, que todos se vayan a la porra, y que el 2025 sea un año lleno de prosperidad para todos mis lectores.

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