Por: Félix Alfazar González Mira
Empecé a escuachar el nombre de Juan Manuel Santos cuando estudiaba en la Universidad Nacional en el segundo lustro de la década de los años 70 y Colombia experimentaba una bonanza cafetera más robusta que la de hoy en el gobierno del presidente López Michelsen y, sin conocer un árbol ni grano de café, fue nombrado por la Federación de Cafeteros su agente comercial en Londres, con ingresos en dólares superiores a cualquiera otro funcionario del gobierno nacional.
A pesar de ello me fui entusiasmando con el personaje en la década de los 90 por dos razones: creí que escribía su buena columna del periódico El Tiempo sobre temas de interés y actualidad nacionales que alcanzaban mayoritariamente a interpretarme; y la gestión política bien intencionada del siempre lamentado Senador liberal , Luis Guillermo Vélez Trujillo, al ponerlo a compartir su tiempo de los clubes sociales y el juego del golf, sacándolo a escenarios masivos donde fuera siendo conocido por la opinión y el público raso. Sin ningún mérito político lo convirtió en el último designado a la presidencia de la república del gobierno de César Gaviria.

Y luego de ministro de Samper y del gobierno del presidente Andrés Pastrana como ministro de Hacienda. Empieza mi decepción por el farsante: su bien elaborada columna en el periódico no la escribía él sino Germán Santamaría, que sería su embajador en Portugal. Y como ministro de Hacienda ralentizó las transferencias a las regiones con acto legislativo número 1 de 2001 sustituyendo los Ingresos Corrientes de la Nación (ICN) por el Sistema General de Participaciones ( SGP), ocasionando disminución sustancial de los recursos hacia las regiones establecidos en la Constitución del 91 que ordenaba aumentos graduales de los ICN hasta llegar al 46,2% de los ingresos estatales en manos de las regiones.
Que cercanía a la distribución de los mismos en la Constitución de Rionegro generando el salto al desarrollo de Antioquia y de Colombia con la soberanía fiscal . ¡Qué grado de desarrollo integral y territorial tendríamos hoy si les hubieran transferido a las regiones 500 billones que han dejado de hacerlo en virtud de esa norma!!!
Se coló en el gobierno de la seguridad democrática como ministro de defensa Qué sinuosa habilidad, qué sibilino, qué personaje oscuro. Trató con su condición meliflua de ponerle freno al arrinconamiento a las farc para sus propósitos posteriores . Otra farsa!
Se hizo candidato del Uribismo y empezó a identificarse y mostrarse con su marca propia y al ver que se ahogaba retomó el barco, la causa y el nombre de Álvaro Uribe Vélez. Ningún presidente en la historia ha sido elegido por el efecto del histórico gobierno anterior como este farsante.
Desde el 7 de agosto, día de su posesión, mostró lo que era, el ser más despreciable y traidor del mundo. Declarando a Chávez el nuevo mejor amigo empezó a echar por la borda todo lo conseguido en 8 años anteriores de buen gobierno.
En octubre de 2010 el Dr José Obdulio Gaviria organizó reunión con el presidente Uribe en su casa y fuí invitado junto a otras personas que al ver tempranamente la deriva del gobierno, le pedimos al Gran Colombiano que siguiera enarbolando las banderas y su doctrina. Manifestó su decepción con el farsante y contó información que le llegaba sobre el interés de Santos de llegar a acuerdos con la farc a como diera lugar y a recuperar el partido liberal ¡Lo primero lo hizo y lo segundo no pudo. Más traiciones, farsas y mentiras!

Lea también: Petro en X: 22 mensajes por Palestina en 24 horas y ni uno sobre la crisis de orden público en Colombia
Su entrega total a las farc, ningún gobierno habría cedido todo el estado al movimiento guerrillero; algunos señalan que hubo muchos miles de dólares de por medio. No existen pruebas serias y ciertas que hubiesen entregado las armas. Hoy hay tres ejércitos de las farc. Otro engaño al pueblo colombiano.
Se hizo reelegir, en elecciones dudosas, con dineros de Odebrecht y votos de Petro en Bogotá como alcalde. Todos los presidentes apoyados por la empresa brasilera están en la cárcel. ¡Qué capacidad de manejo subterráneo tiene éste personaje!

Otra de sus herencias es la JEP, diseñada por los victimarios para convertirlos en víctimas del estado. Ya el pueblo colombiano está observando sus actuaciones y su derroche de recursos. La impunidad total a criminales de lesa humanidad. Otra farsa.
Culpable total del histórico desastre nacional que estamos padeciendo. Petro no tenía los votos para ganar, todo el pacto histórico lo reconoce, tuvieron que aceptar al santismo encarnado en personajes siniestros como Benedetti, Roy Barreras , Alfonso Prada, Mauricio Lizcano y otros más de la escuela Santista de los negocios, las trampas y las traiciones.. ¡Ni Judas se hubiera atrevido a tanto! ¡El “Petrosantismo” en toda su aplicación esplendorosa!
¡Y la del pastel! Hoy dos de octubre hace 9 años los colombianos, en su mayoría, le rechazamos en plebiscito el acuerdo con las farc y él, Santos Iscariote, lo impuso en contra del pueblo, ayudado por sus amanuenses de diferentes poderes. Y ahí tenemos y padecemos el desastre nacional al vivir el país situaciones peores que las anteriores a las del 2002 cuando Álvaro Uribe Vélez, en arrojos históricos, sacó a Colombia de ser un estado fallido a una estrella en latinoamérica!
Lea además: La igualdad, un principio no siempre bien usado por los grupos políticos
