Por: Balmore González Mira
Recientemente de visita por el municipio de Barrancas en el departamento de la Guajira, ví a lo lejos intacta una valla grande de Fico-Presidente, me llamó muchísimo la atención y pregunté al transportador y empresario informal de un automóvil que nos conducía, por esa publicidad después de todo este tiempo y porqué estaba ahí desde las elecciones presidenciales en plena Guajira, me llamó igualmente la atención que tres años después está impecable al lado de la vía junto a una estación de servicios de combustible. Se supone que ya era hora de que estas vallas, afiches y avisos hubiesen sido retirados por parte de las campañas políticas.
También pensé en que los coordinadores de la campaña de Fico en este departamento no lo hubiesen hecho. Sin embargo quién me transportaba y quién hace la ruta Riohacha-Valledupar todos los días, me contó con detalle la historia de la valla y que el dueño de la estación de gasolina no la ha dejado retirar aduciendo que está dentro de su propiedad, que la cuida y la quiere mantener allí, solo para recordarles a todos los habitantes de esta región lo mucho que les advirtió sobre los peligros de hacer una mala elección presidencial en aquel momento y lo mucho que les repetía aquella frase que se convirtió en un presagio de lo que ahora padecemos: ¡cuidado con el 2022!
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Inmediatamente recordé los resultados electorales en esta maravillosa pero empobrecida región del país e indagué como iba el departamento, después de los 128.000 votos en favor de Petro, contra 26.000 por Rodolfo, con un 82% contra un 16.5% del total de sufragantes. Las respuestas fueron las mismas de todos los departamentos del país, “no ha habido cumplimiento de promesas, el departamento está peor durante este gobierno de Petro y la paz total es un completo fracaso”, me dijo Carlos, el joven conductor, muy informado y Guajiro de pura cepa, buen conversador y quién transporta diariamente cinco personas diferentes, en cada trayecto, que no hay un solo pasajero que no se queje de este gobierno del cambio y que no se arrepienta de haber votado por quien los ha decepcionado en grado mayor.
Cuenta que ahora el dueño de la estación de servicios y cuidador de la valla lo que está diciéndole a la gente es “cuidado con el 2026”, argumenta que no podemos descuidar al país, porque ellos como nadie han sufrido la migración de sus vecinos venezolanos y que no desean que en Colombia comience a pasar lo que desastrozamente han logrado con el castrochavismo, y que en el país se ha establecido como el Petrosantismo. Pues sí, cuidado con el 2026, no vaya a ser que los celos y soberbia de algunos, haga que se mantengan estos gobiernos ideologizados de extrema izquierda que deterioran la seguridad y acaban la economía y con ella derrumban lo que se ha logrado construir en estos años de democracia.
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