Por: Balmore González Mira
Trataré en este corto decálogo de explicar algunas razones del porqué vamos por el camino equivocado y por qué estamos llamados todos a la reflexión y a recuperar el país que hace dos décadas habíamos empezado a reconstruir.
1. Seguridad: El deterioro que todos los días estamos viendo de este elemento fundamental para la protección de la vida, honra y bienes de todos los ciudadanos preocupa no solo a los que habitamos en cualquier parte del territorio, sino que se observa como no hay una política gubernamental, donde se trace una línea a seguir diferente al fortalecimiento de la delincuencia, al crecimiento de los grupos armados y a la clara sensación de deslegitimar a las fuerzas militares y de policía, dónde el ministerio de defensa más parece defender a los ilegales todos, que a la institucionalidad. Donde la paz total es un completo fracaso, donde estamos en manos de la delincuencia.
2. Justicia: si la inseguridad impera, tampoco hay administración de justicia; el monopolio de la fuerza pública y de la justicia debe estar en manos del estado y hoy se nota claramente que la delincuencia nos está ganando la partida.
3. Economía: un país sin seguridad y sin justicia eficiente y eficaz no tiene confianza inversionista, ni local ni extranjera, la economía va mal y si ha aguantado para no desmoronarse o para que muestre en algunos sectores recuperación, no es propiamente por la mano del estado, sino por el tesón y la fuerza del empresariado colombiano.
4. Minería e hidrocarburos: la inversión extranjera en este sector, fundamental para la economía de Colombia, se vino a la desconfianza total. No hay seguridad jurídica y son precisamente los dineros foráneos los que se invierten en el país para poder hacer exploración de largo aliento. Se usa el tema medioambiental con un discurso incoherente desde la ideologización del estado para expropiar los títulos entregados en derecho. Se arraigó la inseguridad jurídica para la inversión.
5. Infraestructura y Termoeléctricas: el desarrollo vial trazado se ha estancado, a los inversionistas les da miedo invertir con un gobierno que cambia las reglas de juego permanentemente. El discurso ideológico es que las vías 4G, por ejemplo, son para los ricos. En momentos de crisis, las termoeléctricas nos han salvado de una hecatombe y el gobierno las desprecia. Incoherencia total.
6. Salud: El sistema funciona mejor que en la mayoría de los países del mundo. El gobierno actual lo debilita intencionalmente para después ofrecerse como el mesías salvador. Está acabando un sector que solo requiere unos pequeños ajustes.
7. Educación: Educar no es adoctrinar, educar no es llevar a los estudiantes a marchas destructivas y vandalizadas. Educar es presentar la posibilidad de aprender y no de sesgar el conocimiento. Los verdaderos maestros no apoyan este sistema propuesto.
8. Irrespeto y persecución a la oposición, con estilo estalinista (léase caso del polígrafo) amenazan hasta la libertad de expresión. No hay respeto por el ser humano o gremio que los contradiga.
9. En riesgo la libertad de prensa; un país donde el gobierno de turno amenaza la libertad de prensa, es un país que va hacia la dictadura. Solo ver la Venezuela hoy y Ecuador cuando intentaron derrumbar el sistema democrático.
10. La Democracia tambalea: proyectos, ley para reformas dónde se pretenda el control total del presidencialismo, con tintes de dictadura y gobernado a través de decretos impositivos peligrosos, muestran una tendencia hacia la autocracia total. Y una constituyente que solo beneficia al presidente Petro, para convertirlo en el dictador que desea ser. Las reformas pensional y laboral planteadas como las pretende el actual gobierno, acaban con el empresario y con la pensión de millones para que las maneje a su antojo, el presidencialismo.