Por: Félix Alfázar González Mira
Oportuna y necesaria la crónica de El Colombiano del fin de semana, 18 de enero, sobre el estado inquietante del turismo en Santa Fe de Antioquia. Todos los entrevistados señalaron razones válidas en la dirección de apuntar a un reacomodamiento del territorio a las nuevas circunstancias del turismo en los niveles nacional e internacional, a fin de aprovecharlo de mejor manera para aumentar el ingreso, generar empleo y, en últimas, aprovechar la conexión vial para alentar el desarrollo económico de la ciudad y la región. Entendiendo también el esfuerzo que hace la administración para que las cosas sucedan de la mejor manera, reinterpretando las realidades ante la nueva economía que significa y significará el turismo en todo el territorio antioqueño y nacional.
Me declaro no experto en el tema, pero ello no me impide opinar sobre un asunto de la mayor importancia para la región y una ciudad que aspira a convertirse en intermedia y capital de la Provincia Agroecológica y Turística de Occidente.
Desde El Opinómetro radial de Ondas del Tonusco, hemos venido tocando el tema como producto de comentarios que escuchamos en la calle, que no distan mucho de lo escrito en la crónica señalada. Todo ese potosí que ostenta una de las ciudades mejor conservadas del país, la ciudad cuna de la estirpe paisa, la capital de la provincia de Antioquia por más de 240 años, el epicentro de la historia de nuestro departamento hasta más allá de la independencia, la de los grandes personajes que por primera vez dijeron en Colombia, con el acto de independencia, que el gobierno era del pueblo; la de ventanas, balcones y calles que le cantó el maestro Héctor Ochoa, la de locaciones para filmar películas y novelas, la de la minería por donde empezó la riqueza de la provincia, la del bosque seco tropical, la del Tonusco y el Cauca, la de museos llenos de historia visual y templos testigos de su devenir católico, la del crisol de razas y sangres que brotaron las mujeres más bellas de Colombia, la de tantas cosas concluidas y otras por concluir; en fin, la llamada a ser la que fue antes.
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¿Qué ha sucedido que se sienta desplazada por otros destinos en materia de visitantes transitorios, ocasionales o permanentes? Con mayores veras cuando el turismo de extranjeros va en aumento y el de nacionales busca espacios de esparcimiento y conocimiento geográfico de su territorio.
Tantas explicaciones como opiniones solicitadas serán las escuchadas en todo nivel, resultando válidas en atención a estar en un proceso de mejoramiento permanente. Lo expresado por los empresarios Víctor Pino, Mario Jaimes y Ovidio Sánchez, articulados con las gestiones de la alcaldía, seguramente redundará en mejores políticas.
En diálogo con el señor Óscar Serna, testigo viviente por lustros desde el honorable concejo municipal del devenir integral de la Ciudad Madre, me señalaba lo paradójico que le parecía que esa joya no fuera aprovechada debidamente en materia turística por sus empresarios, al punto de concluir que esa actividad allí era casi inexistente, y seguidamente decía que esa materia era la mejor oportunidad para generar empleo, desarrollo y riqueza para todos.
Medellín aspira a recibir 1.800.000 visitantes extranjeros este año, que son saturados con ofertas permanentes de destinos como Guatapé, Jardín, Jericó y Puerto Triunfo.
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Hace poco hice un recorrido por el sector del bulevar de la 70, hoteles y negocios en Laureles, al igual que en el Parque El Poblado, encontrando cientos de plegables donde esos municipios eran promovidos, y Santa Fe de Antioquia y Occidente apenas se insinuaban en algunos de ellos. Esto sin mirar su promoción en las redes sociales. ¡Claro! A Guatapé la visitan 900 mil personas al año, Jardín es disfrutado por cientos diariamente, Jericó avanza y reacomodó su economía: de 5 hoteles antes, ahora tiene 100. Puerto Triunfo es un éxito.
La oferta diversa que tiene la ciudad para repartirla en los diferentes niveles de gustos, de ingresos, de origen, opciones y de expectativas de los turistas nos convoca a imaginar instrumentos útiles para atender la aspiración de los mismos.
He venido proponiendo que el TECO, Corporación Tecnológica Católica de Occidente, además de los programas técnico-laborales que está ofertando y que consultan el desarrollo de la región, le adicione la Técnica Laboral en Turismo, que tiene la mayor pertinencia en esta etapa del desarrollo integral de la región; con mayor razón cuando compromete solamente un año, lo que también interpreta las aspiraciones de los jóvenes sobre cursos de capacitación cortos que les permitan salir al mercado laboral.
He pensado que cualquier hecho o circunstancia podría constituirse en un acontecimiento que despierte el interés del visitante. Adicional a las rutas, recorridos, relatos y tours que se ofrecen actualmente, podría pensarse en que la Hacienda Obregón, “La Trocha a Urabá” o antigua carretera al mar, la presencia integral del cacao que hizo historia en la ciudad, la fábrica de paisajes, la ceiba del camino real y su historia contada por Samuel Aguinaga, el tour del oro y el café de la ribera del Cauca y tantas cosas que saben los historiadores de la ciudad, la ruta de las garzas que remata en el puente histórico y otros, también podrían ser de interés para la variada gama de gustos y curiosidades de los visitantes.
Por fortuna, tenemos un alcalde permeable a las buenas ideas, buen oyente y comprometido con la tierra; y al zar intelectual del turismo en Colombia al pie del Hotel Mariscal, don Alonso Monsalve, que sabrán orientar y encarrilar todas las ideas que genera en las mentes una ciudad única por todo, como Santa Fe de Antioquia.