Las vías están a punto de colapsar en todos los sectores de la municipalidad. Los recursos se agotan y las lluvias no cesan. El municipio de Cañasgordas, ubicado en el occidente antioqueño, enfrenta una de las peores crisis viales de su historia debido al implacable fenómeno de La Niña.
El Occidental visitó esta población y habló con su Alcalde Diego Vanegas y con el funcionario encargado de la maquinaria, revelando un panorama que se oscurece cada vez más.
Un consejo extraordinario se llevó a cabo para analizar la situación con la presencia de Concejales y líderes comunitarios, donde se expuso la grave problemática vial que está a punto de colapsar en la localidad. La maquinaria amarilla disponible y las contratadas por el municipio ya están agotando sus recursos presupuestales. El Consejo Municipal de Gestión del Riesgo ve con preocupación el aumento permanente de lluvias y los deslizamientos, que amenazan con cortar las conexiones vitales entre las comunidades y sus necesidades básicas.
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El Alcalde Diego Vanegas hace un llamado urgente, un SOS al departamento y a la nación, solicitando un compromiso con su municipio. “Estamos atendiendo todas las vías, incluidas las secundarias, para no dejar incomunicadas a las comunidades que requieren sacar sus productos, llegar al hospital y realizar todas sus diligencias,” manifestó el alcalde.
Durante la visita, pudimos observar de primera mano cómo las lluvias han convertido las carreteras en auténticos campos de batalla. El barro, las rocas y los árboles caídos dificultan el paso, haciendo que cada viaje sea una odisea peligrosa. Los habitantes de Cañasgordas narran historias de rescates improvisados, de vehículos atrapados en el lodo y de esfuerzos heroicos para mantener las líneas de comunicación abiertas.
Ver video: Visita del Occidental a la Alcaldía Municipal de Cañasgordas.
La situación es crítica, y el tiempo apremia. La respuesta del gobierno será crucial para determinar el futuro inmediato de este municipio que, en medio de la adversidad, lucha por mantenerse en pie. Mientras tanto, la comunidad de Cañasgordas se aferra a la esperanza de que la ayuda llegará antes de que sea demasiado tarde.
