Editorial El Occidental
La última encuesta de Invamer que acaba de publicarse en el país muestra claramente que el Gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón Cardona, y el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez Zuluaga, son hoy los mejores gobernantes de Colombia, destacados entre todos los del país.
No es gratuito que estos personajes de los que Medellín y Antioquia se sienten orgullosos, cada día suban en su favorabilidad en la calificación; son serios, respetuosos, cumplen compromisos, son responsables y de excelente comportamiento público y privado. Son figuras a imitar.

Son los mejores porque en materia de Seguridad, uno de los mayores problemas que identifican los colombianos y obviamente los antioqueños, le ponen el pecho a la problemática y se baten con las uñas y “dejan hasta el último milímetro de piel” por proteger y defender a sus comunidades; atienden personalmente esta problemática en cada región del departamento y en cada rincón de la ciudad .
Son los mejores del país porque han conducido sus gobiernos de manera transparente, sin escándalos de corrupción, con un tema que valora la ciudadanía en el segundo orden de importancia.
Son los mejores porque tienen un profundo respeto y apego por la ley y por la defensa de la Constitución. Porque también es grande, profundo y sincero el respeto por los policías y soldados de la patria y siempre hacen una defensa de la fuerza pública.


Son los mejores porque atienden de manera permanente y con convicción los temas de la salud y la educación de sus comunidades.
Son los mejores porque defienden con vehemencia y valentía nuestra tierra y a los empresarios legales que la han hecho grande y productiva.
Son los mejores porque se ven las obras, las inversiones y la voluntad de sacar adelante nuestro territorio y a sus gentes; son los mejores porque son solidarios con las personas y comunidades donde se presenta una calamidad y la atienden con prontitud.
Esta es la radiografía pequeña de lo que hace que un gobernante sea el mejor, pero adicional a ello está el comportamiento de las primeras Damas y de su gabinete de gobierno; funcionarios que sean verdaderos servidores, idóneos y que cumplan los requisitos de ley para sus cargos, que tengan vocación de servicio, que estén exentos de estar haciendo trampas hasta para el caso de sus nombramientos y el cumplimiento de sus labores.
Porque los gobernantes no solo deben ser probos, sino parecerlo y dice mucho de ellos cuando informan si están en algún lado en ejercicio de su cargo, están con gastos propios o públicos o simplemente se van de vacaciones con el dinero del estado. Por eso y por mucho más, Antioquia y Medellín tienen a los mejores gobernantes.
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