Por: Félix Alfazar González Mira
Como es una realidad cierta el funcionamiento del puerto en Urabá debemos seguir insistiendo en la importancia del túnel del Toyo Guillermo Gaviria Echeverri, que es “sine qua non”, como dicen los abogados, para la vía y el aprovechamiento de aquel.
Y es válido resaltar que, ante los 100 años del fallecimiento de Juan H White, y en 2026 los 100 años del fallecimiento del obispo Vasco, Monseñor José Joaquín Arteaga, verdadero impulsor de la carretera al mar y el haber dado el primer golpe en Robledo para llegar a Turbo por vía carreteable, liderado por Don Gonzalo Mejía; me es permitido resaltar que desde el municipio de Frontino se gestó esa gran epopeya de llegar al mar. Primero por el camino “de La Cerrazón” o de Occidente y luego por la “Trocha al mar”. El primero diseñado y construido por el ingeniero White, asentado en Frontino donde tuvo 12 hijos con la señora Rita Uribe, tía del General Uribe Uribe; y la segunda gestada por “un Frontineño nacido en España”, como se calificaba Monseñor Arteaga, obispo Carmelita y Director, desde Frontino, de la Prefectura Católica de Urabá. Y el túnel del Toyo que honra la memoria del gran Frontineño ingeniero civil y de minas, Guillermo Gaviria Echeverri, el “Negro” Gaviria para sus paisanos, amigos y contemporáneos. Él, en los años 60 y 70 tuvo que ver mucho con que la actual comunicación al mar de Antioquia no fuera, como quería el centralismo bogotano, llegar por el norte al Bajo Cauca en Tarazá y atravesar el territorio a la izquierda para llegar al golfo. Y visualizó los túneles necesarios para aplanar la vía en las arrugadas cordilleras central y occidental.
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De manera que el municipio de Frontino tiene la almendra originaria de esta gran gesta que se está concretando el 2026 con la puesta en servicio del túnel más largo de América con 9.73 kilómetros. 100 años exactos después de haberse iniciado la comunicación al mar Caribe desde Robledo, desde La Fonda El Jordán.
Por coincidencia histórica, 100 años después, tenemos un gobernador a la altura de los mejores hombres que, por fortuna, nos va a permitir disfrutar la planicie de las montañas para llegar al océano exportador. Alzarse la megaobra, conjuntamente con el alcalde de Medellín, ante el abandono expreso del centralismo nacional al no honrar sus compromisos con la misma. La región, que maneja exiguas rentas comparadas con lo nacional, sacando imaginación financiera para cumplir el sueño centenario al servicio de toda Antioquia y Colombia. De los 5 billones de pesos ejecutados Antioquia y Medellín han invertido 3.5 billones, 70% cuando debía ser sustancialmente inferior.
Ello se constituye en un acto de responsabilidad con Antioquia y el país por lo que representa en crecimiento económico, riqueza, aumento en ingreso y empleo, incremento en el PIB y toda la derrama económica generada en todo el territorio de impacto de la vía y el túnel.
Aaahhh! Y el acueducto de Urabá que iba a construir el gobierno nacional a cambio de no invertir en carreteras “para los ricos del Poblado y sus camionetas” ya está en proceso la contratación de los estudios, por parte del gobierno departamental, para solucionar de una vez por todas los requerimientos de agua potable de esas tierras prodigiosas. Así lo ha entendido el gobernador Andrés Julián al saber que la construcción de vías a todo nivel es lo que más impacto produce en la generación del incremento del PIB en las regiones y el agua potable es el segundo sector de impacto en el bienestar y riqueza de las poblaciones.
Tendremos entonces, a 100 años del fallecimiento del ingeniero inglés Juan H White, quien diseñó y construyó el primer camino, funcionando el Puerto marítimo, y en 2026, a 100 años del fallecimiento de Monseñor José Joaquín Arteaga, quien adquirió paludismo que lo llevó a la eternidad en Urabá y sacudió en el teatro Junín a la dirigencia Antioqueña de los años veinte del siglo pasado: ”Esa maravilla, lo que Dios os dio a vosotros con el Golfo de Urabá, no lo entendéis pero algún día lo entenderéis, y óigame amigo Gonzalo, (refiriéndose a Gonzalo Mejía), eso algún día llega y si no llega porque no es capaz de hacerlo el erario, lo tendrá que hacer alguna vez la vergüenza nacional”.
Donde, impetuosamente, instaba al establecimiento dirigencial del departamento a acometer la obra.
13 días después de su muerte Don Gonzalo Mejía y otros acometían la gesta de la “Trocha al mar”.
Una placa de reconocimiento a su ingente labor lo señala como el principal propulsor de la Carretera al Mar:
ANTIOQUIA A MONSEÑOR JOSÉ JOAQUÍN ARTEAGA, DON JESÚS TOBÓN QUINTERO, Y DON GONZALO MEJÍA, PROPULSORES Y DEFENSORES DE LA CARRETERA AL MAR.
Estaremos pues, en 2026, cien años después, cumpliendo el sueño de estos prohombres de la tierra montañera de acercarnos definitivamente al mundo global para beneficio de Antioquia y Colombia, al poner en funcionamiento la vía al mar soñada con el túnel cordillerano incluido.
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