ÁLVARO URIBE,  LA SENSACIÓN EN NETFLIX 

Por: Balmore González Mira 

La moda hoy de las plataformas viene enfrentando la competencia entre cual de todas presenta mejores películas, series, documentales, etc. Netflix es el referente, pero existen muchas más y muy buenas todas. Colombia todos los días podría llenar estas plataformas de historias, la sucesión de hechos y noticias que diariamente se cuentan en el país, no le darían espacio a productores y guionistas para hacer series sobre lo que aquí sucede. 

Pero hay una historia digna de ser una serie exitosa para cualquier productora si la trasmitiera en vivo y creo que Netflix no lo ha hecho porque no le han vendido los derechos o porque las leyes colombianas no lo permiten y es el “juicio” al Presidente Álvaro Uribe Vélez. La importancia de esta narrativa debería inclusive ser una cátedra o un seminario o una especialización de derecho penal en cualquier Facultad de Derecho de una Universidad que se respete. Este juicio tendría demasiadas facetas para aprender por parte de los estudiantes. 

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Lo primero que podría enseñar esta serie sobre el absurdo e injusto proceso contra Álvaro Uribe Vélez, es que en materia procesal no todo se vale y que precisamente esa área del derecho no puede vulnerarse de tal forma y ahí se podría llegar a la primera conclusión de lo que no debe hacerse en materia jurídica; la segunda tiene que ver con el derecho probatorio y debe conducir a crear conciencia a los doctores de la abogacía, que las pruebas no se pueden fabricar a cualquier precio para condenar a un inocente; y en sentido contrario, las mismas que se prefabricaron no se pueden ocultar o  ignorar para absolver a los responsables de hacerlo.

Le ha quedado absolutamente claro al país, en un proceso que realmente valdría la pena examinarse a la luz de la doctrina, la jurisprudencia y esencialmente en materia probatoria, como la justicia puede ser permeada por actores que con poder en las diferentes ramas del poder van construyendo una narrativa que va desde la falsificación de hechos contra un personaje al que quieren condenar, pero que la verdad verdadera del proceso los va dejando sin argumentos y lo que denota es que ponen en marcha el aparato judicial en favor de unos intereses ideologicos, convirtiendo a la justicia en un instrumento de su ideologización para lograr los fines del poder que desean por cualquier medio.

Es digno de llevarse a las pantallas todo este proceso, pero realmente valdría la pena llevarlo a todas las facultades de Derecho del país y hasta del mundo para que sea una forma de estudio del Derecho Penal, con todos los ingredientes arriba expuestos.

No hay más claridad en un proceso en Colombia, donde realmente se quiere condenar a un inocente que en este, porque el camino para derrotarlo en las calles y en las urnas no ha sido posible. Nada mas digno y taquillero que contarlo en Netflix.

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