Editorial El Occidental
Luego de la celebración del Día del Periodista el pasado 9 de febrero, en muchos escenarios estos profesionales de la información reflexionaron sobre las fake news, el papel de los influencers, la cotidianidad de la información, el rating y la responsabilidad del periodista en la sociedad. El papel del verdadero periodista o el verdadero papel del periodismo.
El Occidental se atrevió a preguntar a algunos ciudadanos de a pie, a quienes no les indagó ni ocupación ni edad, y obtuvimos varias apreciaciones.

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El primer consultado se fue lanza en ristre contra los realitys cuando se le preguntó por el papel de los medios de comunicación.
“En una reflexión muy familiar, que nada tiene que ver con el puritanismo, vemos lo que nos venden en el desorden social que se ha creado y que todos los días algunos medios alimentan, y que obviamente no es ajeno a Colombia”, nos dijo. “Concluimos, a nuestro entender, que es lamentable lo que está pasando en estos programas de concursos, donde en todos los canales diariamente lanzan uno diferente y, al parecer, la convocatoria tiene, entre los mayores requisitos, fichar a quien haga más ridículos y escándalos en las redes con tal de tener numerosos seguidores”, terminó diciendo.
Luego de esta respuesta, continuamos con el tema y preguntamos al siguiente adulto que nos encontramos. Sobre el tema propuesto por el primer entrevistado, José Arboleda nos dijo:
“A los programas de concursos y realitys no deberían llegar quienes más ridículos hagan y más penas y vergüenzas nos hagan pasar, incluso quienes se vuelven un hazmerreír en otras latitudes, sino las personas, hombres y mujeres, sabias, capaces, estudiosas, inteligentes y con muchos méritos, que por millones tiene Colombia. Ídolos de verdad y de admiración, y no quienes más cirugías innecesarias se hayan hecho y más peleas y vulgaridades publiquen en sus redes sociales”.
Quien lo acompañaba, una dama, acotó: “En estos programas solo deberían estar quienes más aporten a la cultura del país y no quienes más estupideces digan o hagan. Obviamente respetando los gustos de cada uno”.

Este ejercicio ciudadano, que buscaba una respuesta sobre el papel de los medios de comunicación, terminó en un ejercicio diferente. Nos llevó a reflexionar sobre la degradación de la sociedad y la familia, lo que nos ha llevado a que en muchos escenarios se aplauda lo ridículo, lo que en nada aporta a nuestra riqueza cultural.
“Lo que es arte lo vuelven basura y la basura la están leyendo como si fuera arte”, fue otra frase fuerte que salió de los interlocutores.
Los medios de comunicación nacionales, con poder de multiplicar en Colombia, deberían hacer una cruzada por recuperar los valores y la verdadera cultura del país, rica y variada, con gamas diversas y maravillosas por toda la geografía nacional.
Hemos sido capaces de tener ocultos a muchos artistas, sabios, compositores, poetas y hasta científicos e investigadores que realmente aportan a la humanidad, solo para poder visibilizar lo burdo y banal de lo peor de la sociedad.
Qué bueno que algún día pudiéramos ver el reality del saber o el del conocimiento, donde impere la cultura y el respeto entre sus participantes, en el que, probablemente con menos rating, haya más enriquecimiento cultural y crecimiento familiar y social.