EL PODER Y EL POS-PODER

mujer

Por: Balmore González Mira 

La mayoría de candidatos dicen estar preparados y ser los mejores para conducir sus municipios, departamentos o la Presidencia de la República, para solo hablar de lo que ocurre en nuestro país.

El análisis del recorrido de los mismos nos va enseñando que no precisamente siempre sucede así, y el ejemplo se puede escenificar en cada una de las poblaciones de Colombia, muchas de las cuales no resisten un análisis profundo de como se está gobernando y se puede evidenciar por las diferentes regiones desde dónde nos llega la información.

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Falta de preparación de los gobernantes, ausencia  de planificación, de gerencia y micro gerencia y una visión opaca de la responsabilidad que se tiene como líder  están a la orden del día por toda la geografía nacional.

Los precarios  resultados que se quedan en anuncios y anuncios y que jamás pueden calificarse dentro de la eficiencia y eficacia que se necesitan para dirigir los destinos de los entes territoriales y menos de una Nación, se reflejan en unos indicadores demasiado débiles o flojos que llevan a frustraciones permanentes de los administrados, producto de promesas incumplibles e incumplidas,  son la real radiografía de gobernantes que jamás están preparados para gobernar, pero que sí lo estaban y estuvieron  para ser candidatos, es decir, para ser los populistas que sin sonrojarse mintieron a las comunidades, llenandolas con promesas y que compraron votos a través de unas maquinarias aceitadas que ganan y asumen alcaldías, gobernaciones y Presidencia como si fueran un botín para el saqueo y derroche de los modernos piratas de la función pública.

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Queda claro entonces que no solo en otras latitudes, casi universales, sino también en  nuestra geografía nacional, como un mal de la humanidad, este fenómeno se repite y los candidatos en algunos casos tienen poca o ninguna preparación para gobernar; y ni que decir, a lo que lleva el ego y el poder, a qué jamás se prepare al gobernante a superar esa etapa y no esté preparado para el pos-poder, fase dónde muchos no superan la orfandad de la autoridad y se apegan de tal forma que los lleva a la enfermedad propia del poder, se generan las dictaduras y las tiranías en algunos casos  o permanentemente salen personajes que buscan la reelección como única esperanza o alternativa de ocupación o empleo. 

La radiografía anterior nos demuestra que no hay preparación académica, política y estadística de muchos candidatos para ejercer  el poder y  menos sicológica de los gobernantes para afrontar y asumir la etapa del pos-poder.

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