Por: Jhon Jaime Echavarría
Hoy la historia se empieza a escribir a fuego lento;… se juzga a Álvaro Uribe Vélez; pero se condena a Colombia; pues él es el símbolo de la libertad y la esperanza, para recuperar al país y la democracia del momento más crítico en muchas décadas de la estabilidad de la nación; hoy en manos de una izquierda radical que ha hecho alianzas con guerrillas, grupos criminales, clase política corrupta, sindicatos como Fecode que adoctrinaron a la juventud con mentiras, odio y el pedazo que faltaba; un sector de la justicia politizada.
Uribe recuperó el país de su peor momento, en seguridad, economía, confianza inversionista y competitividad.
A finales del segundo mandato de Santos y el de Duque; fue vendido y humillado como un paramilitar en aulas y calles…; los políticos se les escondían por que estar cerca de Él, restaba sus caudales politicos y ponía en riesgo sus elecciones.
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Uribe mantuvo con firmeza su bandera de la verdad y sin miedos confrontaba con la fuerza del argumento y la prueba, sus ejecutorias; mientras el país se fue dando cuenta de la traición de Juan Manuel Santos, la tibieza de Iván Duque y la decadencia de esos gobiernos; que permitieron que la izquierda por primera vez llegara al poder.
Como ave fénix; Uribe recupera con fuerza su legitimidad simbólica entre la mayoría de colombianos y despierta un sentimiento de esperanza ante un momento de caos e incertidumbre de todo orden.
Esto los asustó para que pusieran en marcha y con velocidad máxima un proceso judicial en su contra.
El pais fue testigo que nada se pudo probar contra Él y muy a lo libreto de Chávez, buscaron la juez y el fallo perfecto; por cierto sospechosamente copiado, para condenarlo y tratar de sacarlo del escenario político.
Pero ingenuos ….; esto solo hizo despertar un sentimiento masivo y firme por defender la dignidad de la nación; de un sector de la justicia que hoy se instrumentaliza con sesgo e ideología para hacerle partido al gobierno de turno y a la izquierda latinoamericana.
Hoy hay un claro sentimiento de injusticia, persecución y riesgo; no de un hombre; sino de la estabilidad de la nación.
Por eso Colombia no lo ve caer; por el contrario lo ve resurgir y la vamos apoyar; sin miedos y con decisión patriótica .
Que la gratitud no falte y la memoria no falle.
A las calles el 7 de Agosto y en el 26 a ganar en primera vuelta.
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