Por: Félix Alfazar González Mira
Con autorización de la gobernación de Antioquia, la coordinación de la secretaría de infraestructura y los apoyos útiles de los Encuentros de Dirigentes de Occidente y Suroeste y el cubrimiento del periódico El Occidental, visitamos la megaobra continental que atraviesa perforando la cordillera occidental, como mecanismo de mercadeo de la misma para que sea conocida por las autoridades y dirigentes de las regiones del Suroeste, Occidente y Urabá sobre el terreno y en su completa y monumental dimensión.
Decimos que continental porque es un hito, tal vez el penúltimo, geográfico que se avanza hacia la comunicación entre la Patagonia y Alaska en su comunicación terrestre; además de ser el túnel más largo de todo el continente americano, quedan los 98 kilómetros que nos separa de Lomas Aisladas, Chigorodó, hasta Yavisa en Panamá para la comunicación completa y, por lo menos en territorio colombiano, sería el trayecto todo en bajada.
Y decimos monumental dimensión porque, los que antes trajinamos por la “Trocha” al mar, sabemos cómo era esta comparada con lo actual. El dominio de la ingeniería colombiana sobre la naturaleza arrugada, abrupta y abundante en peñascos de esa porción de la cordillera para construir una autopista a cielo abierto y subterránea de las mejores especificaciones técnicas.
El gran esfuerzo financiero de la gobernación y la alcaldía de Medellín es plenamente justificado para sacarnos de la montaña hacia el mundo por los puertos sobre el golfo, que ya uno de ellos entra en operación el año que viene. Elevando altamente la competitividad de las empresas que exportan e importan bienes y productos de y hacia todo el territorio nacional. Además de contribuir ciertamente a la constitución de un canal seco entre los puertos de Buenaventura y Urabá que con los 580 kilómetros que los separa pueden ser recorridos por tractomulas en 10 horas y, eventualmente, ser una alternativa al tránsito por el Canal de Panamá en el intercambio de mercancías entre el oriente y el occidente del planeta.
Esta infografía nos revela claramente las distancias que se reducirán desde los centros productivos del país al puerto de Urabá, generando dinámicas económicas regionales necesarias para el desarrollo, el ingreso y el empleo.
Pero como todo lamentablemente no es perfecto, nos queda faltando la conexión oriental hacia el túnel del Toyo que está a cargo del gobierno nacional y la indefinición financiera que lo podría convertir en el “elefante blanco” más grande de América, como señala el señor gobernador de Antioquia Andrés Julián Rendón o, como dicen en mi tierra, servirá para lo mismo que “un portón en media manga”, o sea, para NADA.