Informe Especial El OCCIDENTAL
Un tema de carácter internacional, que pareciera solo importar a la Organización de Estados Americanos OEA, o a la Organización de las Naciones Unidas, ONU, tiene todo el impacto regional y local en la economía, en la seguridad y en temas humanitarios de los venezolanos, que habitan en el departamento de Antioquia.
No le queda duda al mundo entero de que Edmundo González Urrutia ganó, de manera aplastante, las elecciones en Venezuela. Derrotó de forma apabullante con un 67% de los votos al dictador Nicolás Maduro.
El 28 de julio de 2024 los venezolanos de todas las latitudes le dijeron no más a la dictadura de Nicolás Maduro, herencia maldita dejada por Hugo Chávez, que hoy después de 25 años tiene sumido al otrora país más rico de Suramérica, en la peor nación del continente; pobreza, hambre, desempleo, empresas acabadas y cerradas, violación de los derechos humanos y millones de patriotas deambulando por el mundo como unos desarraigados migrantes, son el oscuro panorama de la otrora boyante república petrolera que acabaron entre los dos dictadores y su séquito de maleantes.
María Corina Machado, la heroína que ha mantenido una lucha democrática desigual contra un gobierno déspota, condujo a su pueblo a la victoria en cuerpo ajeno, con un candidato decente que como Edmundo González Urrutia, igual, representó en las urnas la esperanza de un pueblo desesperanzado y sumido en la miseria.
Dicen algunos que este es un problema de los venezolanos, que nadie tiene por meterse en las decisiones que se tomen en aquella república y que eso en nada perjudica a Colombia. Nada más alejado de la realidad y más inconsciente que esa absurda afirmación; con ejemplos claros podemos demostrar que es un tema que compete y perjudica a Antioquia, a Colombia, a toda América y al mundo entero.
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Venezolanos por toda Antioquia.
Para no ir muy lejos, empecemos por las regiones del departamento de Antioquia. ¿Es humano ver a cientos de familias venezolanas, con niños caminando y otros de brazos por las vías de Antioquia, al sol y al agua, con hambre y sedientos, sin rumbo y con deseos de parar y sin saber a dónde llegar? Las lágrimas afloran permanentemente ante estas escenas dantescas en quienes tengan un poco de sensibilidad y de bondad por el ser humano. Mendigan por todos lados un poco de comida para mitigar su hambre y la de sus niños.
Los parques de nuestros pueblos están llenos de venezolanos que dejaron todo o nada en su país, para venir a cumplir un sueño muchas veces sin esperanzas de saber cómo lo van a vivir o si, por el contrario, se mantendrán en una pesadilla permanente con sus familias y niños desprotegidos. Igual panorama sufren en todos los países donde llegan, además de discriminación, y lo peor les pasa en Estados Unidos, donde son deportados. La selva del Darién es el lugar donde se vive otra odisea indescriptible. Razones suficientes para decir por qué el mundo tiene que ver con la dictadura de Venezuela y por qué se reclama que reconozcan el triunfo de la oposición.
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Los que ayudan a la dictadura
El soporte político en el ajedrez internacional lo tiene el dictador Maduro en las tiranías de Corea del Norte, Rusia e Irán. Y ese comportamiento cómplice de España que indigna a miembros del centro y la derecha de esa Nación. En el continente americano están en ese despiadado papel, desde México, Colombia y Brasil, pasando por Nicaragua, unos haciendo el juego al tirano, hablando de que las actas deben aparecer, y el último celebrando el fraude de Diosdado y su combo.
Venezolanos buenos
Y si bien es cierto que se han presentado temas de inseguridad, atracos, extorsiones y homicidios dónde están implicados migrantes venezolanos, también es cierto que la mayoría de ellos son gente buena, trabajadores que han venido a buscar a través del empleo en Colombia, el sustento legal para sus familias, personas preparadas académicamente, algunos muchos empresarios que tuvieron que dejarlo todo en su tierra, buen porque el tirano los expropió o porque no comulgaban con el régimen y los persiguieron hasta encarcelar a unos y desterrar a otros.
Edmundo González Urrutia, Presidente
El 10 de enero debe posesionarse, ojalá en Caracas, el nuevo presidente de los venezolanos Edmundo González Urrutia y si no que lo haga desde cualquier país democrático del mundo y que todas las democracias del mundo lo rodeen, lo apoyen y cierren filas en torno a su elección legal y a su mandato constitucional.
Los colombianos apoyan en un 90% la democracia en Venezuela, ojalá que haya transición del poder de manera pacífica, de lo contrario el pueblo venezolano seguirá padeciendo muertes, persecución y llanto, producto de una dictadura cruel que en 25 años ha destruido una de las economías más fuertes de América y sobre todo ha destruido la democracia y con ella la esperanza y los sueños de millones de familias venezolanas que hoy deambulan por el mundo sin saber cómo van a reconstruir sus vidas, porque todo es una catástrofe como sacada de un cuento de horror que ya quisieran parar.