Por: Félix Alfazar González Mira
El sábado anterior se sentía que estábamos en el Estado Soberano de Antioquia de la Constitución de 1863 al reunirse 50 pueblos paisas de Antioquia La Grande en el bello municipio de Caramanta, a evaluar lo avanzado y proyectar su futuro desarrollo ante las nuevas dinámicas generadas por las inversiones en conectividad física, virtual y portuaria que se vienen sucediendo en los últimos años. El departamento del Sur, con su capital Salamina, y el departamento del Suroeste, con su capital Jericó, y todos sus 50 municipios se dieron cita para hablar, soberanamente, de distintos asuntos de la vida de sus regiones. Todo alentado por la Región Administrativa y de Planificación del Agua y la Montaña, que une a los dos departamentos.
Si en medio de las afugias de recursos las regiones manejan el 23% de las rentas estatales que padecen los departamentos, hubo buenas noticias. ¡Cuán abundantes serían si estos manejaran el 46% de las rentas estatales, como en aquella Constitución de los Estados Unidos de Colombia del siglo XIX!
Proyectos como las pavimentaciones Supía-Caramanta, Sonsón-Dorada, Jardín-Riosucio y Sonsón-Puerto Triunfo, para la articulación con el Magdalena Medio, comprometidas a ponerse al servicio al terminar sus periodos, son muestra palmaria de la ansiedad territorial de ser soberanos y anhelar más recursos para atender todos los frentes del desarrollo regional. Los gobiernos con sus comunidades construyendo la ruta de su desarrollo y prosperidad desde los territorios, y no desde un escritorio en Bogotá.
Por fortuna, por dos caminos transitan procesos de fortalecimiento fiscal territorial: la reforma constitucional aprobada del incremento del Sistema General de Participaciones del 23% al 39.6% y el referendo fiscal de origen ciudadano, que duplica, con el recaudo in situ, los ingresos regionales adicionados con los elementos que trae la Misión de Descentralización; asunto explicado en este encuentro de hermanamiento y vecindad por el señor gobernador Andrés Julián Rendón.
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Con la precariedad de recursos actuales, Caldas ha logrado construir el Centro Logístico de Occidente, CLAO, entendiendo que el aprovechamiento de las rutas geográficas y el puerto tiene que ser inmediato y reflejado en: “Si Antioquia tiene puerto, Caldas está más cerca al mar” y, recíprocamente, “Si Caldas tiene aeropuerto, el Suroeste tiene aeropuerto: Aeropalestina”.
Y buenas noticias relacionadas con el Túnel del Toyo, con el ambiente generado por la nueva ministra de Transporte de ceder el otro tramo faltante a la Gobernación que, en palabras del destacado secretario de Infraestructura de Antioquia, Dr. Horacio Gallón, estaría al servicio de la competitividad nacional a finales del año entrante, constituyéndose, además, en el canal seco interoceánico con Buenaventura, como lo explicaba el gobernador de Antioquia.
Continuando con los buenos anuncios, la gerencia de Puerto Antioquia informó que el sueño de más de 150 años se hará realidad en julio, cuando empieza a operar el sistema portuario, y en diciembre se consolidará en toda su integralidad, con capacidad de mover 7.5 millones de toneladas al año. Por las dificultades puestas por la ANLA, es de resaltar que fueron las comunidades de Urabá quienes, como un gesto de agradecimiento, gestionaron ante las autoridades ambientales la solución a los problemas planteados por estas. ¡Claro! Es que es la creación de 17.000 nuevos empleos, atracción fuerte de inversión y estímulos sustanciales de mayor oferta de productos agroexportables.
Y como quedó establecido que la infraestructura se construye para sacarle valor, ya está lista la producción del 60% del aguacate Hass y el 30% de cítricos que se produce en el país, además del café de exportación que se ofrece en esta región.
Este encuentro de hermandad, con presencia de los dos gobernadores y 50 alcaldes, demuestra el compromiso y responsabilidad que asumen los gobernantes para consolidar el ecosistema digital para la información de la oferta turística con sabor a Pueblo Paisa.
Fue un sereno ejercicio de planeación del territorio desde y dentro de las regiones, diferente a resoluciones que salen desde un escritorio en Bogotá con un claro sesgo marxista de planificación central del territorio, violatorio de la autonomía regional y con desconocimiento pleno de que la historia, el pasado, el presente y el futuro de Antioquia están asociados, entre otros, a la minería y al cultivo del café.
Dejémonos llevar, entonces, con el símbolo de Caramanta: la Ruana, a la que le compuso Luis Carlos González, otro paisa pereirano, una oda a fundar pueblos con el tiple y con el hacha, y con el perro andariego que se tragó la montaña.
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