RADIOGRAFÍA A LA INSEGURIDAD QUE NOS AGOBIA. UN POCO DE HISTORIA 

Editorial El Occidental

Iris Marín, la defensora del pueblo, dice que no es solo El Catatumbo, que son 890 municipios del país los que están en alerta de inseguridad. Esto en términos reales significa que el 73% del territorio nacional está tomado por los grupos ilegales, con estimulación desde la paz total hacia el crecimiento de los cultivos ilícitos, el secuestro, la extorsión, asesinato de líderes sociales y el desplazamiento masivo de campesinos. Lo que conduce a más miseria y a más delincuencia. 

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Tal vez desde hace 25 años no se repetía está trágica historia de la inseguridad en Colombia. Quienes aún tenemos memoria recordamos como el país  en el último año del siglo XX  y el primer año de este siglo estaba en su peor momento, todos los habitantes de Colombia estábamos literalmente secuestrados en nuestras casas porque salir de las áreas urbanas de los municipios y ciudades representaba el mayor riesgo para cualquier persona. Caer en una pesca milagrosa (retenes de los terroristas de las farc en casi todas la vías del país), si tenía unos pesitos que había ahorrado, ahí se quedaban; secuestros y extorsiones, desplazamientos, desapariciones y asesinatos se volvieron paisaje. Era tan grave el tema que tener ciertos apellidos o haber nacido en determinado municipio nos convertía en objetivos militares. Pero quedarse en las casas de los pueblos tampoco era garantía de seguridad, allí llegaban los criminales con cilindros bomba y destruían su infraestructura (uno solo, de los mil ejemplos fue San Francisco en el oriente antioqueño) acribillaban sin compasión y sembraban el terror de sus habitantes para generar los masivos desplazamientos. Eso lo hacía el ejército popular del pueblo farc- ep.

Para entonces el presidente Pastrana estaba confiado de unos diálogos y de firmar la paz con las farc, aunque ya el jefe supremo de la banda lo había dejado con una silla vacía en la zona de El Caguán (zona despejada por el mismo gobierno para que las farc se concentraran y desde allí dialogaran), la que finalmente sirvió para que descansaran, se rearmaran y se reorganizaran para seguir atacando al pueblo colombiano. Varios actos terroristas llevaron a ese gobierno nacional de 1998 – 2002 a levantar la mesa y dar por terminados los diálogos. Una guerrilla ya más robustecida siguió su senda de enriquecerse con narcotráfico, secuestros y extorsiones; desplazamientos y asesinatos.

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Capitulo aparte merece el análisis establecimiento de la política de seguridad demócratica que de 2002 – 2006 recuperó a Colombia de los terroristas e impulsó el país hacia la inversión extranjera y la confianza inversionista.

Lo cierto es que en la falsa paz,  robada después de ganar el NO en las urnas en 2016, unos cabecillas de las farc  entregaron las armas a cambio de curules y poder, dicen otros que sus dineros ilícitos aún los tienen;  otros se quedaron en armas y hoy tienen a Colombia peor que hace 25 años. Con otros grupos también muy fortalecidos como el Eln y otros que han logrado engordar sus finanzas y sus filas con narcotráfico y buen armamento, traído a cambio de la bonanza de la coca, en lo cual Venezuela ha sido un gran aliado en este propósito, y por ende el Catatumbo un instrumento para sus negocios. 

Hacer un poco de historia, sobre todo para las nuevas generaciones es muy importante, en la medida que han logrado crear cuentos con fantasmas y narrativas que no han podido demostrar, pero dónde la realidad del país es otra muy diferente y debe ser contada desde la óptica de la ciudadanía que ha tratado de sobrevivir a los ataques de quienes prefieren la ilegalidad a una democracia que seguimos construyendo diariamente, pero que igual todos los días sigue amenazada, especialmente por quienes hoy nos gobiernan y su ideología de destrucción de lo construido durante tantos años de vida Republicana. ¡Contamos la historia, para que no se repita esta historia!

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