Por: Félix Alfazar González Mira
Decía con insistencia un periodista chileno, antes del triunfo de la izquierda, que qué era lo que no entendían sus coterráneos sobre los desastres socialistas en los países donde se aplicaban esas políticas. En esa viralización de sus reiterados llamados a prevenir que las mayorías chilenas se inclinaran hacia ese lado, se notaba la angustia por creer que efectivamente no entendían y finalmente su país cayó, por segunda vez, en ese experimento destructor.
Pues bien, acá podemos parodiar al periodista del país austral señalando que está quedando palmariamente claro y entendido a cabalidad que Alvaro Uribe es el personaje a destruir integralmente, combinando, como les gusta y aplican, todas las formas de lucha. No han podido con la armada mediante atentados, tampoco con la política mediante elecciones, tampoco con la moral mediante calumnias y series infames, tampoco con la del derecho internacional de asilo y tampoco podrán por la vía judicial mediante montajes y entrampamientos conocidos por el mundo entero.
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El Petro-Santismo, que es también Farc y Eln, se ha empeñado a fondo para remover el obstáculo mayor que no les ha permitido que Colombia caiga en los terrenos del progresismo continental y el dominio y manejo sereno del poder para hacer de esta patria lo que “su nuevo mejor amigo” hizo con la vecina y el dictador habanero realizó en “La Perla del Caribe”. Claro! Eso sí! Pobreza y miseria para el pueblo y riqueza, lujos y sibaritismo para la dirigencia.
Los hechos falsos, los testigos falsos, la pareja falsa, los juramentos falsos, las palabras falsas, el entramado falso, el Inpec falso, el senador falso, el del Río falso, la fiscal falsa, la juez falsa, la magistrada falsa; todas sin ningún apego a la ley de garantías sobre el debido proceso; no podrán, ni pasarán por encima de la verdad verdadera de todo este acontecimiento inédito en la historia de Colombia: querer condenar al mejor presidente de la patria por razones políticas de seres despreciables que instrumentalizan el aparato judicial, el tercer poder, para sus fines torvos. Y lo grave para ésta democracia en construcción es que el tercer poder se preste para ello. Macabro servicio le hace el Petro-Santismo a Colombia.
Y sobre todas las cosas ha sido tan cristalino, como una gota de agua que se desprende de la hoja después de haber sido agitada por el aguacero, el actuar del Gran Colombiano que prevalecerá LA VERDAD y como en la serie de Robert de Niro, Día Cero, “La verdad no obedece a nadie”, ella es ella y quedará comprobada la intención progresista de remover el obstáculo que no nos permite adentrarnos en el fango pantanoso del socialismo.
El presidente Uribe “se mete a todas las candelas porque no tiene rabo de paja”. El Petro-Santismo no aguanta el rastrillar de un encendedor ante el interminable listado de hechos olorosamente ilegales, Odebrecht y cientos más.
Gaitán insistía en su época en qué era inadmisible el maridaje entre la política y los negocios. La sociedad nuestra y su dirigencia no atendió debidamente esa recomendación, al contrario, la acentuó y en éste, primer gobierno extremo izquierdista, la volvió paisaje, la convirtió en cotidianidad; cogieron los recursos públicos como el infante disfruta una golosina de chocolate embadurnándose su lado facial. Disfrute orgásmico al robar los recursos públicos.
En estos tiempos hemos entrado al maridaje entre la política y la justicia. Mucho más grave! Un magistrado, ya en la eternidad, manifestaba que éste era el siglo de los jueces. Otros dicen de la dictadura de los jueces. Un presidente de la corte, prófugo de la justicia por corrupción en Canadá y aliado del Petro-Santismo, señalaba que la paz estaba por encima de la ley. Y aquí vamos !Y así vamos hacia el abismo como sociedad!
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¡Y acá tenemos esa perla del montaje contra el presidente Uribe!
“El peor delincuente y bandido de todos es el funcionario judicial que desconoce la ley para fabricar pruebas y perseguir a un inocente; los políticos se pueden enloquecer todos, pero estos funcionarios no porque son nuestra conciencia y el alma de nuestra sociedad” . (A.D. L.E.).
Los historiadores y la academia nacional e internacional tendrán en éste caso, el juicio público al Dr Uribe Vélez, un asunto de estudio que dejará lecciones hacia el futuro en la construcción y cimentación de la democracia; como la embajada colombiana en Lima sobre asilo político con el caso de Raúl Haya de La Torre que quedó, después de ser estudiado en profundidad, como un hito universal en el derecho de asilo.
Este hombre superior para la historia, se crece en las dificultades, navega en las peores tormentas con la tranquilidad de su conciencia y su amor infinito a Colombia; dejando mojones de ejemplo que serán necesarios en el futuro ante circunstancias aproximadas. El trato y el respeto a los funcionarios judiciales, a uno de los poderes, el jurisdiccional, la compostura ante los dardos de toda naturaleza que le son lanzados y el compromiso con los colombianos al señalar desde la comuna de Buenos Aires en Medellín: “pido a Dios que me dé energía de llevar este juicio y continuar el peregrinaje para ganarme el corazón de los colombianos para que esta patria en 2026 tenga un gobierno diferente”.
