Editorial El Occidental
Mucho se ha debatido sobre la pertinencia y necesidad de la creación de una sobre tasa para contribuir a la seguridad en el departamento de Antioquia. La iniciativa del actual gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón Cardona, ha recibido muchas críticas de sus opositores que han aducido razones de si es justo un nuevo gravamen para los antioqueños. Algunos gremios se han opuesto al tema con sus propias razones y otros ciudadanos más han opinado en un escenario variopinto, entre posiciones válidas y otras sin fundamento.

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Quienes padecemos los problemas de inseguridad somos los ciudadanos y quien debe garantizarnos este bien preciado de la seguridad es el Estado en que vivimos y pertenecemos. Según la teoría básica de Estado, este incluye tres elementos, territorio, población y poder; poder que es entregado por la población para que sea ejercido en ese territorio por un mandatario. Poder que hoy se aplica en contra de la mayoría de la población y se garantiza a los criminales como si sus derechos estuvieran por encima de quienes jamás han delinquido. Por ello es muy claro que hoy estamos como hace 25 años o peor, todo porque luego de tener una década floreciente en materia de seguridad, desde 2002 hasta 2010 con la política de seguridad demócratica, se ha vuelto a ceder el espacio a los grupos criminales, primero con un modelo de acuerdo de paz que el pueblo no eligió, no aceptó y no aprobó en las urnas en 2016 y luego con la tímida respuesta al estallido social, (léase delincuencial), que desembocó en una fracasada y mentirosa “paz total”, que ha llevado entre otras cosas a deslegitimar la fuerza pública, a acabar con su moral y a desvertebrar su estructura de ascensos y a descalificar a sus miembros más conocedores, preparados y valientes dentro de las fuerzas militares y de policía.
Todo lo anterior ha contribuido a que nuestros soldados y policías no puedan atacar a los criminales, ni siquiera en defensa propia; han sido secuestrados y acribillados en varios escenarios del territorio nacional; se ha llegado a la caída de las estructuras físicas de batallones y comandos; las aeronaves muchas están en tierra y lo que antes era un orgullo, hoy solo es tristeza y abandono.
Ahora se escucha a algunos mandatarios locales de Antioquia que en muchos casos no estuvieron acompañando electoralmente al actual Gobernador de Antioquia y que antes estuvieron en favor de la campaña de Petro presidente, decir que están acompañando incondicionalmente a su gobernador, que respaldan como nada esta Tasa de Seguridad, que gracias a ella han llegado algunos recursos para sus municipios, que gracias a ella se han reparado y dotado algunos comandos, que gracias al tesón del Gobernador de Antioquia la fuerza pública recobra un poco su honor, valor y dignidad. Hubo un alcalde actual que era afin al gobierno nacional y fue sindicalista que alcanzó a decirnos que esperaba que esta contribución jamás se desmontara y que su rumbo en lo público y en lo político estaba de ahora en adelante con lo que dijera Andrés Julián Rendón Cardona, el verdadero gobernante de los antioqueños.
¡Por estas y muchas razones más, hay que pagar la Tasa de Seguridad de nuestro departamento!
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