Por: Balmore González Mira
En materia pública y empresarial, así como en muchos otros temas de la vida, siempre se ha dicho que lo que uno deja de hacer alguien lo hace por uno; ejemplos cunden por aquí y por acullá, que denotan con claridad que las oportunidades no siempre permanecen en el tiempo y que a veces se van tan rápido, que los arrepentimientos tardíos nos llenan de frustraciones.
Las diversas formas administrativas, unas más descentralistas que otras, tienen su cuarto de hora con algunos gobernantes y otras por el contrario se van al ostracismo por el desinterés de quienes dirigen a la Nación, los departamentos o los municipios.
El gobierno departamental, en cabeza de Andrés Julián Rendón, en un ejercicio permanente con su director de planeación, Eugenio Prieto, ha desempolvado un poco lo que otrora se hizo en el ente territorial y ha hecho un ejercicio serio, legal, académico y propositivo de reorientar, si se quiere, la política articuladora del departamento hacia los municipios y ha venido modernizando con buen tino lo que debe ser el desarrollo constitucional de la descentralización territorial en materia de construir escenarios propios de administración de los pocos recursos públicos municipales y hacerlos que rindan en los Esquemas de Asociatividad, entre ellas las áreas Metropolitanas y las Provincias, en el espíritu real de hacer una cosa para varios y no hacer varias cosas cada cual, para uno solo.
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En el caso de las áreas Metropolitanas, han sido varios los casos de éxito y por ello en Urabá y Oriente se está propendiendo en su creación para que los recursos rindan un poco más y se hagan más obras comunes y se tomen decisiones administrativas en bloque, como ocurre en el área metropolitana del Valle del Aburrá, en la mayoría de las veces con resultados muy positivos.
En las subregiones, como está dividido administrativamente el departamento, se viene fomentando con gran visión, la creación de Provincias y al observar algunas de ellas y su confirmación geográfica es fácil concluir que estos Esquemas tienen toda la oportunidad y posibilidad de llevar soluciones colectivas a sus municipios. En el caso específico de la Provincia Agroindustrial del occidente antioqueño, he conocido de cerca sus necesidades y ahora también los proyectos que plantean desde el ejercicio colectivo, mostrando, dificultades, bondades y oportunidades de los seis municipios que la conforman. Su presidenta Gabriela Rivera Cano, alcaldesa de Frontino, con sus vecinos de Abriaquí, Cañasgordas, Uramita, Peque y Dabeiba, con todo juicio, han desarrollado un portafolio que llena muchas de las expectativas y necesidades de las comunidades, desde la oferta en Salud, educación, servicios agroindustriales, abastecimiento de alimentos, producción agropecuaria, turismo, etc que pondrían a esta subregión a conversar fácilmente entre la oferta y la demanda entre Urabá y el área metropolitana en Medellín, hasta la linda región del Suroeste, con la salida al mar, para llegar a cualquier parte del mundo, en lo que hemos denominado la Mejor Esquina de América. La mayor y mejor oportunidad en todos los tiempos de estos municipios.
Es la hora entonces de potenciar y potencializar esta figura asociativa, inyectarle recursos económicos, bajar los proyectos y comenzar sus cierres financieros; hacer alianzas público – Privadas, aprovechar este gobierno departamental y hacer un relacionamiento mundial inmediato con la experiencia ya consolidada de lo que existe hace décadas en Huelva – España, por ejemplo, para hablar de internacionalización real de nuestras Provincias.
Solo esperamos que este no sea un ejercicio por cumplir de los alcaldes provinciales, sino que sea lo que realmente es, la oportunidad de crecer y desarrollarse, para que estos mandatarios sean recordados por las próximas generaciones como los transformadores del territorio y no que sean referente de lo que pudo ser y no fue. Es el momento de despegar.
¡Manos a la obra!
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