Por: Balmore González Mira
De verdad, y así se me llame lambón, se me diga regalado y se me trate de arrodillado y hasta mamerto, deseo fervientemente aplaudir con todo y hasta estallar, las ejecutorias positivas del presidente Gustavo Petro Urrego.
No puede ser que solo sean críticas e insultos, registros diarios de errores del gobernante y de casi todo su equipo de gobierno, por eso, expreso con toda sinceridad que quiero aplaudir al presidente Petro.
Quiero aplaudir cuando algo salga bien en materia de seguridad, cuando se proteja desde el mismo gobierno la institucionalidad, cuando condene el vil asesinato de nuestros soldados y policías.
Deseo de todo corazón poder aplaudir al presidente cuando los temas de salud mejoren, cuando no estén llevando hasta las cuerdas de los cuadriláteros a las EPS.
Quiero aplaudir fervientemente al presidente cuando mejore la economía del país, cuando nuestras riquezas de hidrocarburos y minerales se manejen como debe ser.
Quiero aplaudir al presidente Petro cuando respete un fallo de las Cortes y la justicia, así le sea adverso. Cuando reconozca que se ha equivocado. Quiero aplaudir al presidente cuando no se esté equivocando en el ejercicio de las relaciones internacionales y mejor se ponga a gobernar a Colombia.
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Cuánto diera por encontrar alguna acción, siquiera una, que sea el motivo para aplaudir al presidente, pues ello denotaría que algo se ha hecho bien, pero hasta el momento no tengo un solo motivo para aplaudir al presidente Petro.
Pero finalmente encontré una razón para aplaudir al presidente Petro, lo haré porque por primera vez un presidente en ejercicio ha logrado unir en su contra a todos los demás presidentes vivos que quedan en el país, por primera vez y ante una absurda propuesta de constituyente logra unir a Samper con Pastrana; a Samper con Uribe; a Uribe con Santos; a Gaviria con Pastrana; A Duque con Samper, en fin, jamás se ha visto tal capacidad en gobernante alguno en la reciente historia Republicana de Colombia.
