Imagen tomada de la Página Oficial de la Policía Nacional
Editorial Periódico El Occidental
La muerte violenta de cualquier ser humano tiene que ser condenada cuando ella no tenga causas legales, de legítima defensa o que existan los elementos de atipicidad, justificación o exoneración que trae el código penal colombiano.
Los ciudadanos de a pie, los firmantes de paz que están actuando dentro de la ley, los diferentes activistas y las personas que diariamente caen por culpa de los actores armados, criminales y terroristas en todo el territorio nacional vienen creciendo cada día, queramos o no, por culpa de una “paz total” que se ha convertido en el mayor elemento de impunidad, de fortalecimiento y de protección al actuar delincuencial de todas las bandas existentes en el territorio nacional.
Pareciera que el presidente de la República no se ha enterado que quienes él protege con un proceso de paz mentiroso y fracasado vienen asesinando también de manera despiadada a nuestros soldados y policías, a los militares que él debería proteger. Si no quiere a nuestras fuerzas militares, pues al menos déjelas actúar, que no las límite permitiendo que los masacren. Duele mucho y duele con dolor de patria que todos los días estén siendo sacrificados unos policías y soldados hijos de familias pobres, no son de los que viven en el poblado en Medellín, a quienes tanto detesta Petro, son campesinos y son jóvenes de estratos bajos, muchos de ellos con la esperanza de ayudar a sus familias se incorporararon para defender la patria.
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¿Hasta cuándo vamos a permitir que sigan desangrando a Colombia, llenando de dolor a los hogares, acribillando a jóvenes que desprotegidos y hasta en sus horarios de descanso vienen siendo atacados por los beneficiarios de los procesos de paz de Santos y Petro?
Hoy el país reclama con dolor y rabia por éstas infames acciones que no merecen el más mínimo rechazo por parte del jefe del estado; y sí ¡Nos están matando! a nuestros soldados y policías y por eso sentimos que nos están matando a todos los colombianos; desde todos los rincones se clama solidaridad y justicia, acciones inmediatas para salvar sus vidas y de paso salvar a Colombia de las manos en qué ha caído, para salvar a las próximas generaciones de la vergonzosa forma de dirigirlos.
A nuestros hermanos militares no los están matando por cobardía, los están matando por abandono y por fortalecer a los grupos criminales desde la misma política del estado, impuesta por el actual gobierno.
¿Qué harías si tuvieras a un familiar en riesgo por ser policía o soldado? Hoy asumimos como nuestras las convocatorias que se vienen haciendo para respaldar a nuestras fuerzas militares, para rechazar sus asesinatos y para solidarizarnos con sus familias. Y sobre todo para gritar duro, muy duro y fuerte: ¡Salvemos a Colombia!
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