Foto tomada de la Nación Paisa
En una votación cerrada y en medio de una jornada cargada de tensión, el Senado de la República hundió la consulta popular impulsada por el presidente Gustavo Petro, quien aspiraba a someter a las urnas 12 preguntas claves sobre sus reformas sociales y laborales. La iniciativa fue rechazada con 49 votos en contra y 47 a favor, quedando archivada por falta de mayoría simple.
La consulta, presentada como un mecanismo de participación ciudadana para legitimar el programa de Gobierno frente a las trabas en el Congreso, generó un profundo debate tanto dentro como fuera del Capitolio. Mientras el oficialismo defendía el proyecto como una herramienta democrática para respaldar transformaciones estructurales, la oposición denunció que era innecesaria, populista y demasiado costosa, estimando su implementación en más de 500 mil millones de pesos.
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La sesión plenaria estuvo marcada por fuertes discusiones, gritos, enfrentamientos verbales e incluso momentos de caos. El presidente del Senado, Efraín Cepeda, se vio obligado a suspender temporalmente el debate por falta de garantías. Horas más tarde, con el orden restablecido, se procedió a la votación definitiva que terminó sellando la derrota para el Gobierno.
Desde Pekín, donde cumple agenda oficial, el presidente Petro no ha emitido declaraciones, pero fuentes cercanas al Ejecutivo indicaron que el Gobierno nacional evalúa nuevos caminos para avanzar con sus reformas, pese a este revés legislativo.
Paradójicamente, durante la misma sesión el Senado aprobó con 68 votos a favor la apelación para revivir la reforma laboral, archivada en marzo. El proyecto pasará ahora a una nueva comisión que deberá estudiarlo desde cero, otorgando una nueva oportunidad a uno de los pilares del plan de Gobierno.
El hundimiento de la consulta popular evidencia las profundas divisiones políticas del país y deja en evidencia las dificultades del Gobierno para construir mayorías en el Congreso. Analistas advierten que este resultado obliga al presidente Petro a replantear su estrategia de gobernabilidad en un escenario cada vez más polarizado.
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